¿Para qué?

Jesús Sánchez Adalid, sacerdote y escritorJESÚS SÁNCHEZ ADALID | Sacerdote y escritor

“Concluyeron las elecciones en Cataluña y, ahora, ¿qué…? ¿Necesita nuestra democracia este estruendo?…”.

Concluyeron las elecciones en Cataluña y, ahora, ¿qué…? Es lamentable comprobar con qué facilidad se orquestan situaciones límite y tinglados políticos ajenos a la realidad diaria de los ciudadanos. ¿Necesita nuestra democracia este estruendo? ¿Qué se ha ganado con el alarde torpe de Artur Mas? Nada. Otra vez nos encontramos con el vacío de un simple juego de cifras y el torpe empeño de justificar posiciones y resultados.

Como decía Borges, “la democracia ha llegado a convertirse en un abuso de la estadística” y en una ceremonia de alto valor simbólico que se pierde en discusiones que ocultan los problemas cotidianos. Y en el asunto nacionalista hay mucho de autocomplacencia combinada con una buena dosis de victimismo: quieren hacer creer que se les impide realizar sus propósitos de libertad y soberanía.

Pero resulta penoso descubrir que, en el fondo, no subyace sino un egoísta motivo económico; el considerarse superiores y el deseo de sostener el estatus de unos dirigentes políticos privilegiados en unas regiones históricamente privilegiadas. Nada más y nada menos.

La vanidad y el egoísmo son motores demasiado importantes como para olvidarlos, porque influyen en las posiciones políticas. Con frecuencia se adoptan muchas decisiones que no persiguen otro beneficio que el buen nombre, la fama o el prestigio. Y muchos serán los que querrán apuntarse el tanto histórico en esta situación tan embarullada, sin tener en cuenta a los que la sufren.

En el nº 2.826 de Vida Nueva.

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