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La lógica del don


Un libro Francesc Torralba (Khaf, 2012). La recensión es de Luis Miguel Arroyo Arrayás

La lógica del don, Francesc Torralba, Khaf

La lógica del don

Autor: Francesc Torralba

Editorial: Khaf, 2012

Ciudad: Madrid

Páginas: 162

LUIS MIGUEL ARROYO ARRAYÁS | La lógica del don no es un libro de filosofía, si por esta se entiende solo la que tiene un carácter académico en el fondo y en la forma; pero sí es un libro de filosofía, si con ello se alude a una reflexión sobre y para la vida. Se trata, pues, de un texto construido con la más que probada capacidad del autor para acercar los temas profundos al público en general.

En este caso, Francesc Torralba aborda el tema del don y de la gratuidad (su rasgo esencial) desde una doble perspectiva: una aproximación teórica y otra práctica. Esta doble perspectiva se refleja en las dos partes en las que se divide el libro.

En la primera, titulada “La esencia del don”, el autor desarrolla una auténtica fenomenología del don; fenomenología enmarcada claramente en las tradiciones existencialistas. En efecto, basta con repasar por encima los autores más citados para comprobar este aserto: a Kierkegaard (en el que Torralba es un reconocido especialista), Pascal, san Agustín –los cito en este orden porque los considero respectivamente padre, abuelo y bisabuelo del existencialismo– acompañan K. Jaspers, G. Marcel y M. Heidegger (existencialista malgré lui), entre otros; así como teólogos: H. U. von Balthasar, J. Ratzinger y J. Moltmann.

Llama la atención a este respecto, cuando se trata del carácter interpersonal del don (concebir al otro como don y no como objeto), la ausencia de un autor clave: M. Buber; aunque no falta E. Lévinas. Toda esta primera parte se asienta en el presupuesto antropológico de que la existencia humana es un don y está llamada, por tanto, al don. Tomar conciencia de ello es una forma de tomarse en serio la existencia y construirla de acuerdo con este presupuesto fundamental.

En la segunda parte, titulada “La vida del don”, se asientan las bases para una ética del don. Sin pretender ser exhaustivo, el autor pone de manifiesto cómo el don está presente en la existencia concreta del ser humano. Esta parte se asienta sobre el presupuesto, ya enunciado también en la primera, de que el don es un factum de la existencia humana; de lo que se trata, por tanto, es de actualizarlo de manera que la enriquezca en todas sus potencialidades y en diferentes ámbitos: en el económico, en el de las relaciones interpersonales, en el de la educación y en el del cuidado. En todos ellos puede el ser humano enriquecer su existencia y la de los demás con la gratuidad del don, expresión suprema de la libertad.

El libro incluye finalmente una selección bibliográfica más que suficiente para quien quiera profundizar sobre el tema.

Hubiera sido de desear un mayor cuidado en la edición, pues el libro contiene algunos errores tipográficos o redaccionales, así como repeticiones innecesarias. Sirva este comentario –hecho con afán constructivo y siguiendo una sugerencia incluida en el libro por el autor mismo– para su mejora en una posible segunda edición.

Considero que las reflexiones contenidas en La lógica del don son absolutamente necesarias en un tiempo como este, en el que una acentuación excesiva en los aspectos oscuros de la existencia humana –expresión de un pesimismo nihilista y autocomplaciente– acarrea como consecuencia el olvido y la anulación de las potencialidades liberadoras que el ser humano posee.

Desde este punto de vista, este libro, cuya lectura recomiendo como ejercicio de reflexión vital y como útil material educativo, puede ser considerado –en el sentido más serio y necesario del término– como lectura edificante, pues contribuye precisamente a edificar, es decir, a construir enriquecedoramente la propia existencia desde la convicción de que la propia donación es el ejercicio de la suprema liberación.

En el nº 2.825 de Vida Nueva.

Actualizado
23/11/2012 | 00:30
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