EDITORIAL VIDA NUEVA | La Institución Teresiana (IT) celebró el pasado año el centenario de su fundación, una efeméride que le ha servido para mirar con agradecimiento el camino recorrido y encarar el futuro con un compromiso renovado.
Las dificultades no son pocas y, muchas, son comunes a tantas organizaciones de Iglesia, como es la de un cierto envejecimiento. Pero esto, lejos de amilanar, es un acicate que lleva a esta asociación, bien anclada en su carisma laical y en la fuerza interna de cada una de sus vocaciones, a asumir con valentía los desafíos.
Uno de ellos, la nueva evangelización, para la que, desde su ámbito específico en el campo de la educación, están perfectamente preparadas: saben ser testigos y no les da miedo entrar en diálogo con el mundo.
En el nº 2.825 de Vida Nueva. Del 24 al 30 de noviembre de 2012.