El cardenal Francisco Robles Ortega, al frente de la Iglesia mexicana

Francisco Robles Ortega y el Consejo de Presidencia de Episcopado Mexicano

El sucesor de Aguiar buscará el impulso de la Misión Continental y la paz social

Francisco Robles Ortega y el Consejo de Presidencia de Episcopado Mexicano

El Consejo de Presidencia del Episcopado mexicano

SERGIO ESTRADA. MÉXICO DF | Bastaron 30 minutos, el pasado día 16, para elegir al cardenal Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, como nuevo presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para el trienio 2012-2015. La elección del renovado equipo de gobierno, que sustituye al encabezado hasta ahora por Carlos Aguiar, arzobispo de Tlalnepantla, fue parte esencial de la 94ª Asamblea Plenaria de la CEM, que convocó al más de centenar de obispos del país en la sede de la Conferencia, en Cuautitlán, Estado de México.

Robles Ortega será acompañado en la vicepresidencia por Javier Navarro Castellanos, obispo de Zamora; y, en la secretaría general, por Eugenio Lira Rugarcía, auxiliar de Puebla.

En la rueda de prensa posterior, el presidente electo manifestó que una de las principales prioridades de la CEM será el impulso de Aparecida: “Todos estamos comprometidos en las distintas diócesis a desarrollar la Misión Continental, que va a favor de las personas adheridas a la Iglesia, así como de los practicantes de su fe. También de los bautizados que van en contra de su fe o se han alejado. La Misión Continental quiere allegarse a estas personas para proponer el mensaje, respetar su libertad y que vuelvan al seno de la Iglesia”.

En clave social, Robles Ortega confió en que la CEM irá interpelando a los sectores del país a los que van a dirigir su propuesta de construcción social: “Desde la evangelización, la Iglesia quiere proponer la divinidad de cada persona, los derechos inalienables, así como una armónica relación con la sociedad por aplicar la justicia para que se viva un país más digno y con oportunidades para todos”.

En cuanto a los temas a trabajar de inmediato, el purpurado señaló: la violencia, la vida, la dignidad de las personas, la lucha contra la pobreza y las oportunidades de trabajo para todos. En cuanto a la violencia, adelantó: “No obstante el ambiente tan agresivo que vivimos, nosotros tenemos la esperanza de que el Evangelio cambia a personas y corazones”.

Y es que, en la coyuntura política nacional, con la nueva administración del Gobierno Federal que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto, el presidente de la CEM aclaró que tiene que haber acercamientos y diálogo con los tres órdenes de gobierno (federal, estatales y municipales): “La Iglesia busca ese diálogo, de acercamiento y respetuoso, reconociendo que cada quien tiene su campo e identidad, pero con el mismo servicio a la comunidad, buscando el bien común para todos”.

Pasado común en Toluca

Robles Ortega y Peña Nieto coincidieron en Toluca, diócesis y capital del Estado de México, entre 1991 y 2003, donde el primero fue obispo auxiliar y titular, antes de ser promovido al Arzobispado de Monterrey. Peña Nieto, por su parte, fue coordinador financiero, secretario de Administración y desarrolló otras funciones estatales bajo los mandatos de Emilio Chuayffet y Arturo Montiel.

Uno de los prelados que valoró el cambio en la CEM fue Luis Artemio Flores Calzada, obispo de Tepic, quien aseguró que el gran desafío es el impulso de la fe desde la coherencia: “Que todos los mexicanos católicos seamos coherentes y que asumamos la responsabilidad en la fe en todas las áreas que nos encontremos. De manera personal y comunitaria, como en la economía, la ciencia y la sociedad. Todos los católicos debemos ser coherentes”.

Flores Calzada también se refirió a la necesidad de impulsar la educación en el país, “que es el pleno desarrollo de la persona integral”, y de “mantener la relación con las autoridades; una relación de respeto y colaboración por el bien de los ciudadanos y de los fieles. Los gobernadores están al tanto de nuestras propuestas y se quiere, desde el punto de vista de la CEM, colaborar con el Gobierno y la sociedad, para sumar esfuerzos y que a nuestro país regrese la paz”.

Los trabajos de la 94ª Plenaria de la CEM comenzaron con una solemne eucaristía en la basílica de Guadalupe, en Ciudad de México. Presidida la ceremonia por el cardenal Norberto Rivera Carrera, titular de la arquidiócesis capitalina, este encomendó los frutos de la asamblea episcopal tanto a la Patrona como a san Felipe de Jesús, el primer santo mexicano, en el 150º aniversario de su canonización.

En el nº 2.825 de Vida Nueva.

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