Retejer el tejido de la Iglesia

sillón del obispo en la catedral

sillón del obispo en la catedral

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Se acerca el Día de la Iglesia Diocesana. Son las diócesis viejas estructuras jurídicas dotadas de carga teológica. La nueva configuración geopolítica las lanza a una revisión profunda desde la eclesiología de la Lumen Gentium.

Hay que evitar que las diócesis se conviertan en amalgama de grupos confederados en donde unos pelean con otros, volviéndose grupos cerrados, cenáculo sin ventanucos, islas de ficción con paraísos idílicos, sostenidos en sueños ultramontanos, alejados del olor y el ruido de la calle.

Se han olvidado aspectos importantes y resulta aún pobre la conciencia de los fieles sobre su pertenencia a una Iglesia particular. La Iglesia diocesana no es ni una parte de la Iglesia universal ni subdivisión administrativa. Se trata de una presencia de todo el misterio de la Iglesia, aquí y ahora.

Como simple botón de muestra vemos cómo las sedes episcopales en las catedrales son más tronos que se alzan al final de la pirámide. Una actitud que se repite en Consejos de Presbiterio o de Pastoral. En muchos lugares, las diócesis son sucursales de Roma y los obispos, meros legados pontificios. Yves Congar pedía un esfuerzo por “retejer el tejido de la Iglesia”.

director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.823 de Vida Nueva.

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