La Iglesia pide soluciones ante los desahucios

Stop desahucios grupo de gente protestando en la calle

Algunas Cáritas diocesanas se suman a una Iniciativa Legislativa Popular

Stop desahucios grupo de gente protestando en la calle

FRAN OTERO | Los poderes públicos van a abordar por fin el mayor símbolo y uno de tantos dramas de esta crisis económica: los desahucios. Así, el Gobierno se ha puesto en contacto con el principal partido de la oposición para reflexionar sobre esta cuestión y ofrecer soluciones.

El desencadenante son las personas que hay detrás de los 400.000 desahucios que se han ejecutado en lo que llevamos de crisis, situaciones que han llevado a dos personas a quitarse la vida justo antes de ser desalojados de sus viviendas.

Hasta el momento, ha sido la sociedad civil y, en ella, muchas asociaciones eclesiales, incluso sacerdotes, religiosos y obispos, los que han combatido –más o menos activamente– que se dejase en la cuneta a tantas familias, en muchos casos, por bancos que habían recibido ayudas públicas, de todos.

En estas páginas se dio cuenta, hace ya cinco meses, del manifiesto que un grupo de sacerdotes, religiosos, religiosas y misioneros de la Diócesis de Cartagena dirigieron a políticos, banqueros y a los que participan en un desahucio, y en el que reclamaban: “¡En el nombre de Dios, basta ya de desahuciar a las familias!”.

Hace menos tiempo, fue la Conferencia Episcopal Española (CEE) la que, en una nota ante la situación económica, pedía, a quien correspondiese, que ofreciera un signo de esperanza a las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son desahuciadas. “Es urgente –se puede leer en el texto– encontrar soluciones que permitan a esas familias hacer frente a sus deudas sin verse en la calle”.

“Es inmoral”

En los últimos días y, ante el agravamiento de la situación, algunos obispos, a nivel particular, han hecho manifestaciones al respecto. El más contundente fue el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, quien, en una entrevista en la Cadena Ser, calificó de “inmorales” los desahucios promovidos por bancos rescatados por el Estado.

En la misma intervención, el prelado apoyó la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) capitaneada por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, a la que se han sumado también algunas Cáritas diocesanas, y en la que, entre otras cosas, se reclama que se acepte la dación en pago y se paralicen los desahucios.

También Mario Iceta, obispo de Bilbao, se refierió a la situación de tantas familias en Onda Vasca: “En una situación de falta de empleo, hay que buscar soluciones para que no se pierda el hogar”.

Estas son algunas muestras de la preocupación de los pastores españoles por la situación de tantas familias; de hecho, muchos han hecho referencia en sus cartas semanales a este tema y al paro, sobre todo.

También Cáritas, por boca de su secretario general, Sebastián Mora, se ha manifestado sobre esta cuestión continuamente. Pero, junto con estas palabras, está la acción de muchos cristianos, anónimos, que se han implicado y continúan haciéndolo para acompañar a los que sufren desahucios e incluso movilizándose para frenarlos. Acciones y palabras que vuelven a demostrar que la Iglesia está con los que más sufren.

Ajustes que pagan las clases medias y bajas

Una de las voces que con más fuerza ha resonado en la última semana es la del obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, que, en una carta pastoral amplia titulada Sobre la fe, dedica un apartado a analizar la crisis actual, que “está afectando de manera dramática a amplios sectores sociales, especialmente a las familias con todos sus miembros en paro, y a los jóvenes”.

Con intención hacer una profunda reflexión, afirma que las causas de esta situación son diversas y que, entre ellas, se encuentra siempre una combinación de errores técnicos y responsabilidades morales: “La primera causa es el egoísmo del hombre que, cuando tiene poder y dinero, ejerce su influencia en las organizaciones socio-económicas que producen desigualdad e injusticia. Hoy los mercados son los que mandan”.

En este sentido, critica que los ajustes que se están realizando no estén afectando a los primeros en el ránking social o económico, como políticos, banqueros, directores de empresas multinacionales, consejeros, deportistas de élite… “Oímos en los medios de comunicación cómo se justifican los altos ingresos por responsabilidad y rentabilidad social y estamos comprobando cómo la crisis la están padeciendo, sobre todo, las clases medias y bajas”.

En el nº 2.823 de Vida Nueva.

 

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