Elecciones en los Estados Unidos: Dios en las urnas

sacerdote y laicos en los Estados Unidos rezando

Barack Obama y Mitt Romney candidatos elecciones presidenciales EEUU 2012

DARÍO MENOR | El que todavía sigue siendo el país más poderoso de la Tierra elige presidente. El 6 de noviembre, los estadounidenses deciden entre Obama y Romney en unas elecciones en las que la religión puede determinar el resultado. [Elecciones en los Estados Unidos: Dios en las urnas – Extracto]

In God we trust (Confiamos en Dios). Los estadounidenses acudirán a las urnas el próximo 6 de noviembre con el nombre de Dios presente en las mentes, los corazones e, incluso, los bolsillos, ya que este lema está inscrito en las monedas y billetes de dólar. En un país con una religiosidad tan patente en la vida pública como los Estados Unidos, donde no se concibe a un político con aspiraciones presidenciales agnóstico o ateo, la cuestión de Dios puede ser una de las claves que decida los comicios.

Los electores deberán elegir entre Mitt Romney, el candidato del Partido Republicano, que podría convertirse en el primer mormón que llega a la Casa Blanca, y el actual presidente, Barack Obama, líder del Partido Demócrata, cristiano protestante pero sin adscripción particular a ninguna Iglesia.

Romney mostró recientemente que la fe es un arma electoral más al hacerse eco de una vieja leyenda entre los votantes ultraconservadores. Amenazó en un mitin en el Estado de Virginia con que Obama pretende quitar la mención a Dios de las monedas y billetes de los dólares estadounidenses.

También se aprovechó el exgobernador de Massachussets en su arenga de que los demócratas hubieran eliminado toda referencia a Dios de su programa electoral, aunque después de la polémica generada y la posterior intervención del presidente, se vieron obligados a recuperarlo.

Los candidatos Barack Obama y Mitt Romney con el cardenal de Nueva York Timothy Dolan

Los candidatos, con el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, en una reciente cena benéfica

“Yo no voy a quitar a Dios de nuestro programa, de nuestras monedas ni tampoco de mi corazón. Somos una nación que nos ha sido concedida por Dios”, aseveró el candidato republicano, mientras era aclamado por seguidores de su partido que no paraban de ondear sus banderas con las barras y estrellas. Una de las portavoces de Obama respondió diciendo que las acusaciones eran falsas y peligrosas.

Examen de fe

La importancia de la religión en la carrera que llevará a Romney o a Obama a la Casa Blanca durante los próximos cuatro años era evidente incluso antes de que se convirtieran en los candidatos de sus partidos.

Durante las últimas primarias, tanto las de los republicanos, celebradas durante este año, como las de los demócratas, que tuvieron lugar en 2008, antes de las elecciones presidenciales precedentes, la fe ha sido un argumento más del que los aspirantes debían examinarse.

Al actual presidente le pesó entonces su pasado y sus raíces familiares: vivió durante un tiempo en Indonesia, el país islámico más poblado, su segundo nombre es Hussein y su padre era musulmán. Algunos pensaron que con esta carta de presentación no podría ganar las elecciones y, por tanto, era mejor que los demócratas eligieran como candidata a su rival en las primarias, Hillary Clinton. Los hechos mostraron que se equivocaron, aunque su temor no era infundado.

Alrededor de dos terceras partes
de los estadounidenses consideran
importante que el presidente tenga
“fuertes creencias religiosas”.

Pese a que ha hablado en numerosas ocasiones de su fe cristiana, una parte de los estadounidenses considera que Obama es musulmán. Según una investigación publicada en agosto por el centro de estudios sobre religión Pew Forum, con sede en Washington, un 17% de la población de los Estados Unidos cree que su actual presidente profesa la fe islámica.

Solo considera que es cristiano un 49%, seis puntos menos que hace cuatro años, mientras que un 31% dice no saber cuál es su religión. Entre los votantes conservadores, el porcentaje de aquellos que creen que es musulmán sube hasta el 34%.

John Green, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Akron (Ohio) y especialista en la relación entre religión y política, explica la incorrecta percepción de la fe de Obama por la “falta de información de parte de la opinión pública estadounidense” sobre estas cuestiones.

“En este caso, además, ha habido grupos que han trabajado para sembrar dudas sobre su religión e, incluso, acerca de si había nacido o no en los Estados Unidos. En ambos casos se ha visto que las acusaciones eran falsas”, dice Green.

El Partido Republicano ha tratado de usar estos argumentos para atacar a Obama exaltando el componente antislámico existente en parte del electorado conservador, sobre todo entre los militantes del Tea Party.

“En los Estados Unidos existe la idea general
de que el Republicano es el partido
de las personas más religiosas, mientras que
el Demócrata es el de los secularizados.
Aunque la realidad es más compleja”.

John Allen, periodista

“Han intentado sacarle punta hasta al hecho de que su segundo nombre sea Hussein. Desde el 11-S se mira a la religión islámica con ojos sospechosos; para buena parte de la población sería inaceptable un presidente musulmán”, asegura el profesor de la Universidad de Akron. Lo positivo para Obama es que el mayor porcentaje de los que piensan que no es cristiano se da entre los votantes republicanos, quienes, en cualquier caso, no pensaban apoyarle.

Los rezos de Obama

Al líder demócrata le han llovido críticas, además, por su anterior pertenencia a la Iglesia Unida de la Trinidad de Cristo de Chicago, cuyo pastor, Jeremiah A. Wright, quien celebró el matrimonio entre el presidente y su esposa, Michelle, y fue su guía espiritual durante años, acusó al Gobierno de los Estados Unidos de haber creado el virus del sida para eliminar a la población de raza negra.

Tras aquellas declaraciones, la familia Obama se distanció de la comunidad liderada por el pastor Wright y decidió no adscribirse a ninguna Iglesia. Green ve un “motivo político” en esta decisión del presidente: “Algunas Iglesias son más populares que otras en los Estados Unidos. La opinión pública no vería bien que el presidente formase parte de algunas comunidades”.

Joe Biden y Paul Ryan, candidatos a vicepresidentes EEUU 2012

Los candidatos a la vicepresidencia, Biden y Ryan, ambos católicos

Pese a esta postura, el actual inquilino de la Casa Blanca remarca siempre que puede la importancia que la fe en Dios tiene en su trabajo. En un desayuno de oración celebrado el pasado mes de febrero, subrayó que “todos podemos beneficiarnos al dirigirnos y escuchar al Creador”, lo que resulta “especialmente importante” en una situación como la actual debido a la crisis económica.

“En mis momentos de oración, tengo presente que la fe y los valores juegan un papel enorme para motivarnos para arreglar algunos de los problemas más urgentes, para seguir adelante cuando sufrimos reveses y para abrir nuestras mentes y corazones a las necesidades de los otros”. Obama también subrayó que cada mañana, tras levantarse, reza y dedica algo de tiempo a la lectura de las Sagradas Escrituras.

El candidato mormón

La controversia religiosa no es exclusiva del actual presidente. Su rival en las elecciones, Romney, está en cierta forma marcado por el hecho de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia mormona. Ya en las primarias quedó claro que una parte del electorado del Partido Republicano no acababa de fiarse de tener como candidato a un mormón. Esta opinión era especialmente evidente entre los cristianos evangélicos, presentes sobre todo en el sur del país.

“A la mayoría de la población no le importaría que su presidente fuese o no mormón, pero hay un porcentaje que sí. Son alrededor de un 25%. Entre ellos se encuentran los protestantes evangélicos, por su histórico enfrentamiento con los mormones, y los americanos de origen africano”, explica el profesor Green.

“En EE.UU. no es aceptable
que sea presidente alguien agnóstico o ateo.
La gente sigue diciendo que la religión
representa una parte crucial en sus vidas”.

John Green, profesor de Ciencias Políticas.

Pese a ello, los evangélicos prefieren a Romney frente a un Obama, al que ven como a un abanderado del aborto y del matrimonio homosexual. Según una encuesta publicada en octubre por el Public Religion Research Institute, con sede en Washington, los evangélicos apoyan mayoritariamente a Romney: lo hace un 68% frente al 19% que dice que votará a Obama. Hace un año, el porcentaje de popularidad del republicano entre este colectivo era 27 puntos más bajo, lo que muestra que, una vez lograda su nominación como candidato, se han disipado las dudas que generaba entre los evangélicos por ser mormón.

John L. Allen, periodista del semanario estadounidense National Catholic Reporter y escritor, considera que la fe del candidato republicano no pesará en la cita con las urnas.

“Más allá de que sea mormón, Romney interesará a quienes votan con sus ideas espirituales en mente porque les representa. Es más fácil que se identifiquen con él que con Obama. En los Estados Unidos, además, existe la idea general de que el Republicano es el partido de las personas más religiosas, mientras que el Demócrata es el de los secularizados. Aunque la realidad es más compleja, pues hay ejemplos de lo contrario en ambas formaciones, es cierto que los republicanos suelen estar más preocupados por los temas calientes relacionados con la vida humana, que resultan de mucho interés para los tradicionalistas”, dice Allen.

El voto católico está más dividido que el de los evangélicos, aunque existe una tendencia demócrata que Green explica porque muchos tienen un estatus de inmigrantes recién llegados. Según la encuesta del Public Religion Research Institute antes citada, el 46% de los católicos afirma que probablemente votará al actual presidente, frente al 39% que elegirá a su rival republicano.familia de los Estados Unidos rezando

Estos porcentajes se invierten entre los católicos de raza blanca (48% frente al 37%), mientras que las llamadas minorías dentro de esta comunidad, como los hispanos o los liberales, apoyan masivamente a los demócratas. Esta fue la elección de un 65 y 72% de los hispanos en los comicios de 2004 y 2008 y, según un estudio del Pew Forum, volverá a serlo en esta ocasión, repitiéndose el porcentaje de las presidenciales de hace cuatro años.

Otras minorías, ya sean o no católicas, también respaldarán de forma masiva a Obama en las urnas, como sucede con los afroamericanos, los musulmanes u otras comunidades de inmigrantes. “Ocurre con las minorías religiosas, étnicas o raciales, aunque también hay otras que históricamente siguen a los republicanos, como los mormones”, sostiene Green.

Sin afiliación religiosa

Al líder demócrata también le apoyan mayoritariamente los votantes que no se sienten parte de ninguna religión (57% frente al 22% de Romney). Este colectivo supone un 20% de la población estadounidense (un 30% entre los menores de 30 años) y registra un continuo crecimiento, según los datos del informe Beliefs about God across time and countries, realizado por el centro de investigaciones sociológicas NORC de la Universidad de Chicago. Hace diez años, los estadounidenses sin afiliación religiosa eran la mitad.

El crecimiento del porcentaje de ciudadanos sin afiliación religiosa no es lo suficientemente amplio aún para permitir que llegue a la presidencia un candidato con una fe tibia. “En los Estados Unidos no es aceptable que sea presidente alguien agnóstico o ateo. Sin embargo, en el Congreso o a nivel local, en lugares como California o la costa este, sí que es posible. Aunque caiga el porcentaje de aquellos que se sienten parte de una religión, la gente sigue diciendo que esta representa una parte crucial en sus vidas”, afirma Green.

Un estudio del Public Religion Research Institute refrenda su opinión: alrededor de dos terceras partes de los estadounidenses consideran importante que el presidente tenga “fuertes creencias religiosas”.

Aunque el candidato republicano ha utilizado durante la campaña electoral la cuestión de la religión para atacar a su rival, el argumento que acabará decidiendo las elecciones será la economía. Los hechos parecen dar la razón al escritor italiano Erri de Luca, quien en 2004 ya decía en una entrevista en El País que “la política es una rama menor de la economía”.

Allen también considera que “la ideología y la forma de afrontar las cuestiones económicas resultarán más determinantes que la identidad religiosa del candidato”. En los Estados Unidos, cuenta el reportero del National Catholic Reporter, hubo una época en la que gran parte de la población votaba al candidato que profesaba su misma religión, pero hoy ya no es así. “Primero viene la ideología y luego la fe”.sacerdote y laicos en los Estados Unidos rezando

Green coincide en que será crucial la economía, pero advierte de que muchos estadounidenses la observan “a través de la lente de su propia fe”. En opinión del investigador, las polémicas con Obama respecto al matrimonio homosexual, los anticonceptivos y el aborto, y con Romney por ser mormón, no acabarán notándose en las urnas. “Creo que se contrarrestarán entre ellas y no harán que un número significativo de ciudadanos cambie su voto. El gran desafío para los partidos es movilizar a los electores creyentes moderados”, sostiene Green.

Allen cree que la llave de la Casa Blanca puede estar en las manos de una minoría para la que la religión pesa en las urnas: “Si se llega a una situación muy ajustada entre Obama y Romney, un porcentaje pequeño de los votantes de entre el 2 y el 3% puede marcar la diferencia. Ahí es donde el voto religioso podría resultar muy significativo. El conflicto entre los obispos y el actual presidente por la cuestión del aborto y de los anticonceptivos podría entonces tener resonancias electorales y decidir el resultado del voto”.

En el nº 2.821 de Vida Nueva.

 

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