Ante las elecciones, la Iglesia vasca se mantiene en un segundo plano

furgonetas de PP y PSOE en campaña electoral País Vasco 2012

El domingo 21 se celebran en la comunidad autónoma los primeros comicios sin la amenaza de ETA

furgonetas de PP y PSOE en campaña electoral País Vasco 2012

VICENTE L. GARCÍA. VITORIA | Este 21 de octubre se celebran las primeras elecciones en la Comunidad Autónoma Vasca sin la amenaza terrorista de ETA. [Ante las elecciones, la Iglesia vasca se mantiene en un segundo plano – Extracto]

El futuro de Euskadi no solo se juega en la arena política, también en el terreno de la convivencia ciudadana y en el día a día de esta sociedad.

Es en estos últimos foros donde la Iglesia aporta su grano de arena para la construcción social, y donde se pone de manifiesto su contribución para la pacificación y la reconciliación. A veces, de manera más llamativa y, más frecuentemente, de manera callada y pausada. Y también, en ocasiones, desde planteamientos compartibles y, en otras, desde planteamientos discrepantes.

Las tres diócesis vascas mantienen desde hace años entre sus objetivos pastorales acciones e iniciativas sobre este tema. Así se reconoce desde la Diócesis de Vitoria, en palabras de su vicario general, Fernando Gonzalo Bilbao: “El interés por el tema de la pacificación y reconciliación ha sido constante en la Iglesia diocesana de Vitoria. Así lo muestra particularmente en los últimos años el lugar que ocupó, después de la Asamblea Diocesana, en los subsiguientes planes de evangelización”.

Por su parte, el profesor de Teología Moral de la Facultad de Teología de Vitoria, José Ignacio Calleja, considera que hoy “hay dos realidades muy nuevas para la Iglesia”. “Una es vital: ETA ha dejado las armas para siempre –esperemos–, con lo cual la política pasa a primer plano. La otra es interior a la propia Iglesia: el episcopado del País Vasco, salvo en Vitoria, es muy distinto al anterior. Al coincidir ambos factores en el tiempo, el cambio en la Iglesia se nota menos”, añade.

No obstante, la Iglesia sigue teniendo una misión: “Todos estamos de acuerdo en la tarea prioritariamente moral y espiritual que nos toca; por tanto, entiendo los valores básicos en juego para convivir bien, la radical novedad de la moral de las Bienaventuranzas, el relato lo más veraz posible de lo que ha sucedido, la justicia para con las víctimas, la revisión con sinceridad y sin complejos de todos los actores… Y todo esto, obviamente, recibe matices muy peculiares en cada grupo cristiano”.cartel electoral del PNV elecciones País Vasco 2012

Entre las acciones más recientes en Vitoria, Calleja recoge las llevadas a cabo en este curso: “En el año 2012 cabría reseñar el envío a todas las comunidades cristianas de la diócesis del cuaderno La reconciliación, misión de la Iglesia para difundir la reflexión y sensibilización ante esta cuestión clave en nuestra sociedad”.

Desde la diócesis de Bilbao, su vicario general, Ángel María Unzueta, comenta a Vida Nueva cómo se lleva a cabo “un acompañamiento a víctimas de diverso signo”, labor que se hace desde la más absoluta discreción, por razones obvias.

Por otro lado, menciona la petición del Consejo Presbiteral de “reactivar la Comisión Diocesana de Paz y Reconciliación, teniendo en cuenta que estamos en una etapa distinta a la de antes”. Además, señala que el proceso de reflexión iniciado por el Consejo Pastoral Diocesano está culminando la primera fase del ver-juzgar-actuar, por lo que a lo largo de este curso es probable se pase a la valoración de los datos recogidos antes de proponer las líneas de actuación, entre ellas, la creación de la Comisión Diocesana de Paz y Reconciliación.

Colaboración

Del mismo modo, considera que “no le corresponde a la Iglesia jugar un papel protagonista de mediación en el proceso de pacificación”, si bien ello no obsta para que “la comunidad cristiana y los miembros de la Iglesia con responsabilidades concretas colaboren significativamente”.

Unzueta recuerda que “hay un aspecto que se recogía hace años en una carta pastoral conjunta de los obispos vascos centrada en la fe en el Dios de Jesucristo”. “Decían que patria o nación pueden convertirse en ídolos que, en el peor de los casos, incluso pueden exigir sacrificios humanos. Creo que la Iglesia tiene que denunciar y oponerse a todo ídolo y recordar que para, los cristianos, toda patria es tierra de paso y sienten como propia toda tierra extranjera. Hoy, la realidad que nos circunda nos invita, y no solo a los que vivimos en el País Vasco sino a todos, a relativizar credos, patrias y fronteras”, concluye.

En el nº 2.820 de Vida Nueva.

 

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