Los obispos de Malí llaman al “diálogo” frente a la guerra

M. Á. MALAVIA | A través de un mensaje televisado a toda la nación y mediante una carta dirigida al presidente del Gobierno interino, Diacounda Traoré, la Conferencia Episcopal de Malí (CEM), a la conclusión de su Plenaria el pasado día 1, ha querido dejar claro que la “solidaridad” y el “diálogo” son los instrumentos adecuados para la pacificación del país, que, desde el mes de marzo, se encuentra dominado en su región norte por milicias islamistas que aplican la sharia o ley islámica.

Estos grupos fundamentalistas aprovecharon para proclamar la independencia de su territorio tras el caos generado por un golpe militar contra el entonces Gobierno central. Finalmente, se acordó la constitución de un Ejecutivo de unidad nacional presidido, en este momento de transición, por Traoré, quien consiguió la teórica rendición de los sublevados a cambio de las promesas de amnistía, de nombrar como ministros a algunas personas cercanas a los golpistas y del compromiso de convocar elecciones en el plazo de un año. Sin embargo, milicias descontroladas son las que mantienen una situación que en la práctica es de guerra.

Aunque el propio Traoré ha llegado a solicitar recientemente a las Naciones Unidas una intervención militar que pacifique la situación, el gesto de conceder el perdón a quienes atacaron meses atrás el palacio presidencial ha servido al Episcopado maliense para felicitarse: “Afirmamos una vez más nuestro apoyo a su plan para resolver los problemas mediante el diálogo, siempre el diálogo y una vez más el diálogo, antes de llegar a la utilización de otros medios”.

Los obispos del país africano también se dirigen a los cristianos que sufren la violencia fundamentalista, invitándoles a creer en el triunfo final de “la cultura de la paz” y, ante su progresiva huida en masa para evitar la persecución, “permanecer firmes en la fe”.

En el nº 2.819 de Vida Nueva.

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