Bruselas analiza la intolerancia anticristiana

dos jóvenes en Estambul en una protesta anticristiana

Seminario de la COMECE en el Parlamento Europeo sobre un fenómeno “creciente”

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MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Al igual que ya hiciera el pasado 9 de mayo con una jornada de estudio sobre las consecuencias de la primavera árabe en la minoría cristiana, la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) participó este día 2 en Bruselas, en la sede del Parlamento Europeo, en otro encuentro con representantes del Grupo de los Partidos Populares Europeos (EPP) y del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). En esta ocasión, el objetivo de la reunión era reflexionar conjuntamente sobre la Discriminación de los cristianos en Europa.

Además de distintas ponencias, se presentaron análisis e informes. El principal, el del Observatorio para la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa.

Martin Kugler, director del organismo, fue el encargado de presentar su último estudio. En primer lugar, aclaró, “no se puede hablar de persecución”, pues este concepto “produce una imagen en la mente de las gentes que no se corresponde con nuestra realidad europea”. Por ello, abogó por los términos “intolerancia y discriminación”, que dan nombre al Observatorio.

Pero, además, también quiso matizar que ambos, pese a formar parte de un mismo fenómeno “creciente”, no son sinónimos: “La intolerancia conlleva la marginación social, la exclusión de ideas, los estereotipos negativos, el vandalismo o los incidentes por odio. Mientras que la discriminación se refiere más a un ámbito legal que infringe los derechos y las libertades de los cristianos”.

Más de 700 casos

En referencia a la intolerancia, Kugler señaló que, en los últimos seis años, han registrado en el Observatorio más de 700 casos, en diferentes grados y esferas, de ataques contra los cristianos. El director del Observatorio concretó datos y denunció el crecimiento del vandalismo contra edificios públicos o representantes religiosos. Así, apuntó como ejemplos que, en 2010, “el 84% de los actos de vandalismo contra edificios producidos en Francia se dirigieron contra espacios cristianos”, o que, en 2006, “el 48% del clero sufrió algún tipo de violencia en el Reino Unido”.

En el caso británico, recogió una encuesta entre sus fieles realizada el pasado año y en la que se obtuvieron resultados preocupantes: “Más del 60% percibía que la marginación de los cristianos se había incrementado por parte del Gobierno, un 61% la sentía en su lugar de trabajo, un 68% en el ámbito público general y un 71% en los medios de comunicación”.

Finalmente, Kugler señaló cómo, ya dentro del ámbito de la marginación, los “ataques a la libertad de conciencia” se reflejan en distintos países cuando, independientemente de la fe profesada, “un funcionario público debe celebrar un matrimonio homosexual”, “a las farmacias se les obliga a vender productos abortivos” o “personal médico debe participar en abortos”.

En el campo de la libertad de expresión, argumentó que “mantener una postura crítica sobre la homosexualidad en un debate público puede acabar condiciendo a que se abra una investigación criminal”.

También denunció vulneraciones acaecidas en el derecho de reunión –con “ataques de grupos” ante celebraciones o manifestaciones cristianas registrados en 2011 en Bélgica, Austria, Alemania, Italia, Holanda o España, como los que tuvieron lugar durante la JMJ de Madrid– y en los derechos de los padres, fundamentalmente en materia educativa, con la obligatoriedad de que sus hijos reciban “enseñanzas contrarias a su religión, moral y ética”.

En consecuencia, concluyó Kugler, la responsabilidad frente a este problema reside en los gobiernos europeos, que deben “comprometerse y legislar” para que, en verdad, “haya los mismos derechos para todos, incluidos los cristianos”.

Una idea esta, la de que las distintas fuerzas políticas se comprometan con legislaciones “concretas” , que fue respaldada en sus alocuciones por el oficial de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Florian Kolfhaus –quien pidió que se respetara “también el derecho a ser diferente”–, así como por el secretario general de la COMECE, Piotr Mazurkiewicz, que se felicitó por las últimas sentencias “favorables a la libertad religiosa en el Consejo de Europa y en el Tribunal de Justicia de Luxemburgo”.

En el nº 2.819 de Vida Nueva.

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