El diálogo ecuménico se ha parado, según expertos

F. OTERO | Los pasados días 28, 29 y 30 de septiembre se celebró en Madrid el V Congreso de Ecumenismo, organizado por las Hermanas Misioneras de la Unidad, con el tema del ecumenismo y espiritualidad pero subrayando el compromisio que exige una verdadera espiritualidad ecuménica. De ahí, el título elegido: Hacia una espiritualidad del ecumenismo comprometida
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Tal y como manifestó durante los trabajos el coordinador del Congreso, Juan Pablo García Maestro, el ecumenismo, sobre todo a raíz del Concilio Vaticano II, “ha hecho grandes progresos”; sin embargo, “tenemos la impresión de que el diálogo se ha paralizado”.

“La situación y el ambiente han cambiado, y hasta cierto punto se puede hablar de una crisis. No cabe duda: el movimiento ecuménico se encuentra hoy en un punto de inflexión”, dijo parafraseando al cardenal Walter Kasper.

Ante esta situación, propuso hacer memoria y recapacitar sobre el impulso originario del movimiento ecuménico, que fue sobre todo un movimiento espiritual, “un ecumenismo espiritual que es la fuerza motriz de la Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos, fundada por el abbé Paul Couturier”.

“El Concilio Vaticano II califica el ecumenismo espiritual como el corazón del ecumenismo, puesto que la unidad de la Iglesia no se puede alcanzar solo por el esfuerzo humano; la unidad de la Iglesia es obra y don del Espíritu de Dios”, añadió.

En el Congreso participaron, entre otros, el delegado de Ecumenismo de Madrid, Manuel Barrios, así como los profesores Santiago Madrigal y Pedro Langa. Hubo representación, además de la católica, de las Iglesias ortodoxa, reformada episcopal y evangélica.

En el nº 2.818 de Vida Nueva.

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