Cristianos en la universidad: ser, estar y parecer

grupo de estudiantes en la universidad haciendo un examen

JESÚS SÁNCHEZ MARTÍN, profesor e investigador en la Universidad de Extremadura | Soy parte de ese grupo de docentes y agregados que se iniciaron en la Juventud Estudiante Católica casi a la vez que empezaron su carrera. Avanzaba pareja la Ingeniería Química y la fe mayor de edad, descubriendo a cada rato vínculos extraños entre lo que estudiaba y lo que quería en mi vida y en mi mundo.

Jesús Sánchez Martín, profesor e investigador en la Universidad de Extremadura

J. Sánchez

Estando en estos procesos de descubrimiento, apareció la Pastoral Universitaria, donde encontré el soporte teórico y teológico para lo que me quemaba por dentro: la necesidad de ser cristiano a tiempo completo y de incluir en mis quehaceres esa preocupación por que las manos y el corazón trabajasen en el mismo sentido.

Ahí estaba el ser, la convicción interna de que lo que uno elige como identidad y vocación, de alguna manera, lo constituye y lo estructura desde lo hondo hasta la punta de los dedos. Extendidos los brazos, la raíz de llamada y deseo (quiero ser) impregna la imagen de uno mismo. Ser, ser-con-otros, ser-para-otros.

Ese ser, que llevaba implícito el ser-con-otros, rápidamente viró desde la certeza privada a la manifestación pública. Ser cristiano y dejarse seducir por el mensaje de esperanza y de alegría, y de proyecto del Reino, no podía permanecer fuera de lo que sucedía en el mundo. Para serse había que estar.

En la Pastoral Universitaria encontré
el soporte teórico y teológico
para lo que me quemaba por dentro:
la necesidad de ser cristiano a tiempo completo.

Estar en el campus, con los alumnos y con los compañeros, abriendo iniciativas y consolidando propuestas. De ahí, de ese estar surgen propuestas bellas a las que se suman otros, cristianos y no cristianos, todos creyentes en una universidad mejor, posible y necesaria.

Hoy miro atrás. Las cosas que se quedaron en el camino, los espacios deshumanizados que pueblan las aulas… Parece que no hay nada, que todo fue una utopía de recién llegados. A pesar de nuestro Grupo de Innovación Docente, de los proyectos que siguen en pie, son solo islas de posibilidad en un espacio agreste y difícil, donde a menudo se comprueba lo de los lobos y el hombre…

Parece que somos pocos, que convencemos a pocos, que hacemos poco. A pesar de existir y de ser, de estar y movernos, sigue pareciendo todo demasiado poco…

En el nº 2.817 de Vida Nueva. Cristianos en la universidad: ser, estar y parecer, íntegro solo para suscriptores

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