EDITORIAL VIDA NUEVA | Menos de un año después del viaje de Benedicto XVI a Benín, donde entregó la exhortación postsinodal Africae Munus, se acaba de celebrar, esta vez en Camerún, el Congreso Panafricano de Laicos Católicos, organizado por el Pontifico Consejo para los Laicos.
Esta sucesión de importantes acontecimientos para la Iglesia que peregrina en el llamado continente de la esperanza es una muestra clara del empeño e interés por acompañar la vida, esperanza, pero también tribulaciones, de una comunidad creyente que allí florece como en ningún otro sitio del mundo. Un destacado papel en la configuración de la Iglesia que se recrea en el documento sinodal le corresponde a los laicos.
Por eso, en este congreso, se ha incidido en su necesaria formación. Pero su papel quedaría muy menguado si no fuese seguido por claras muestras de confianza en el camino, casi inédito, de la corresponsabilidad.
En el nº 2.815 de Vida Nueva. Del 15 al 21 de septiembre de 2012
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