Benedicto XVI viaja al Líbano para buscar la paz

En su agenda, destaca la entrega de la exhortación ‘Ecclesia in Medio Oriente’

cartel del Papa en Líbano previo visita

ANTONIO PELAYO. ENVIADO ESPECIAL A LÍBANO | El lema del inminente viaje de Benedicto XVI al Líbano, Pax vobis, es una frase que ya campea en los accesos a Beirut desde el aeropuerto internacional Rafik Hariri de la capital libanesa. El avión de Alitalia despegará del aeropuerto romano de Ciampino a las 9:30 h. del viernes 14 de septiembre. La visita durará unas 60 horas, hace el número 24 de los viajes internacionales del Santo Padre y el cuarto en esta delicada zona (tras Turquía en 2006, Tierra Santa en 2009 y Chipre en 2010).

El texto que el Papa pronunció el pasado domingo, 9 de septiembre, individualiza los objetivos de la Santa Sede y anticipa el contenido de algunas de las respuestas que Joseph Ratzinger dará a los periodistas que viajan con él.

“En los próximos días –dijo el Papa después del rezo del Angelus– iré al Líbano en visita apostólica para firmar la exhortación apostólica postsinodal [Ecclesia in Medio Oriente] fruto de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos celebrada en octubre de 2010”.

“Tendré la feliz ocasión –prosiguió– de encontrar al pueblo libanés y a sus autoridades, así como a los cristianos de este querido país y a los que vengan de los países vecinos. No ignoro la situación con frecuencia dramática que viven las poblaciones de esta región, mortificada desde hace demasiado tiempo por incesantes conflictos. Comprendo la angustia de muchas personas de Oriente Medio, arrojadas cada día a sufrimientos de todo tipo que afectan tristemente, y a veces mortalmente, a su vida personal y familiar”.

imagen de la virgen en el Santuario de Nuestra Señora del Líbano en Harissa

Santuario de Nuestra Señora del Líbano, en la colina de Harissa

“Pienso con preocupación –afirmó– en los que, buscando un espacio de paz, huyen de su vida familiar y profesional y experimentan la precariedad del exilio. Aun cuando parezca difícil encontrar soluciones a los diferentes problemas que afectan a esta región del mundo, no puede uno resignarse a la violencia y a la exasperación de las tensiones. El compromiso a favor del diálogo y de la reconciliación debe ser prioritario para todas las partes implicadas y debe ser sostenido por la comunidad internacional, cada vez más consciente de la importancia para el mundo entero de una paz estable y duradera en toda la región”.

Una región delicada

El día 11, comentando el viaje con los informadores, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede aseguró que “nunca se había puesto en discusión por parte del Papa o de sus más altos colaboradores llevar a cabo esta visita, que es –aseguró Federico Lombardi– un signo de la voluntad del Santo Padre de reimpulsar la esperanza, el diálogo y la paz en esta área del mundo”.

El ámbito geográfico es, por el contrario, muy limitado (ya lo fue en el viaje de Juan Pablo II en 1997) por comprensibles razones de seguridad. Líbano limita al norte y al oeste con Siria, escenario, como sabemos, de sangrientos enfrentamientos entre partidarios y enemigos del régimen de Bashar al-Assad, que “salpican” el país limítrofe con esporádicas incursiones militares y una marea de refugiados. [A FONDO: Siria, la lucha de los cristianos por la supervivencia y la libertad]

Al sur, la frontera es Israel, y ahí también se registran episodios de violencia, a pesar de la presencia de las tropas de la ONU.

Benedicto XVI se moverá de Beirut exclusivamente para residir en la Nunciatura de Harissa y para visitar las sedes de los cuatro patriarcados católicos más importantes: el maronita en Bkerké, donde se encontrará con los jóvenes; el melquita, donde firmará la exhortación postsinodal; el armenio-católico en Bzommar; y el siro-católico en Charfet, escenario del encuentro ecuménico.

Todo en un radio no superior a los 30 kilómetros, que incluye el palacio presidencial de Baabda, donde se verá, entre otros líderes políticos, con el presidente de la República, el general Michel Sleiman.

“El Papa –insistió el P. Lombardi– viaja no como un potente jefe político, sino como un líder religioso que se dirige a todas las comunidades humanas para servirlas y ayudarlas en sus esfuerzos por la convivencia. No hay que esperar que Benedicto XVI haga grandes pronunciamientos sobre problemas políticos que podrían ‘distraer la atención’ de su mensaje, que es la paz”.

El único acto multitudinario será la Eucaristía del domingo en el Beirut City Center Waterfront, una inmensa explanada ante del mar donde ya el beato Juan Pablo II presidió una misa multitudinaria. La capacidad de esta superficie es de medio millón de personas, y entre ellas se prevé la presencia de numerosos refugiados, cristianos provenientes de Siria, Irak y de otros países de Oriente Medio.

En el nº 2.815 de Vida Nueva. El Papa viaja al Líbano para buscar la paz, íntegro solo para suscriptores

 

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