‘Todos tenemos un plan’: los desterrados

fotograma de la película Todos tenemos un plan

fotograma de la película Todos tenemos un plan

J. L. CELADA | Nadie escapa de verse asaltado por las dudas, los temores, los deseos… Al hilo de este hecho irrefutable, sin embargo, surge una cuestión bastante más difícil de zanjar: ¿qué hay de cierto en eso de que Todos tenemos un plan? Ana Piterbarg sí parece que tenga el suyo, y con ese mismo título ha bautizado al último de ellos. Otra cosa bien distinta será saber si ha salido según lo previsto.

Para su puesta de largo en el largometraje, la directora y guionista argentina ha escogido una historia sobre suplantaciones, dobles personalidades y segundas oportunidades, ambientada en el Delta del Tigre, un paraje de la provincia de Buenos Aires salpicado de islas, ríos y zonas pantanosas. Destino de recreo de la aristocracia porteña durante décadas, sus grandes casas de campo dan fe todavía hoy de aquel esplendor pasado. Pero también allí se han cobijado toda suerte de forajidos y gentes de malvivir, que son quienes acaparan el protagonismo de esta cinta.

En torno a algunos de esos desterrados, desheredados o –simplemente– refugiados, articula la realizadora bonaerense su relato, un texto que suena a pretexto para compartir con el espectador un contexto de lo más cinematográfico.

Porque la falta de pulso narrativo o la escasa consistencia de los diálogos se ven casi siempre felizmente compensadas por una dirección artística, una fotografía, una música y un nivel interpretativo (capítulo especial merecen Soledad Villamil y Sofía Gala Castiglione, por encima incluso del omnipresente e inexpresivo Viggo Mortensen) dignos de una producción de cierta altura.fotograma de la película Todos tenemos un plan

A caballo entre la apicultura –cuyo arte proporciona no solo miel, sino pequeñas píldoras para el camino a cuenta de la reina, el zángano o la organización en la colmena– y las sentencias bíblicas que dispara un matón sin escrúpulos, Todos tenemos un plan se mueve en ese universo oscuro y peligroso construido sobre las falsas identidades, la mentira y la venganza.

Un terreno resbaladizo donde cada cual busca su plan: unos, convencidos de que no hay lugar para grandes cambios; otras, empeñadas en hacer el bien sin mirar a quién… Todos, con una misma pregunta en mente: ¿se puede vivir sin herir a los demás?

Visto así, alguien podría pensar que el debut de Piterbarg es una excelente ocasión para reencontrarse con el mejor thriller (psicológico, negro…). Sin embargo, su película promete más de lo que da, hasta el punto de que uno llega a preguntarse con sus personajes: “¿A dónde quieres llegar?”.

Habida cuenta de que tampoco conocemos demasiado los antecedentes de estos, por momentos nos descubrimos soportando estoicamente un zumbido de abejas. Eso sí, esporádicos aguijonazos de buen cine nos reconcilian con una mujer que apunta maneras en el oficio y a la que convendrá seguir la pista y conocer sus planes… de futuro.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Todos tenemos un plan.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Ana Piterbarg.

FOTOGRAFÍA: Lucio Bonelli.

MÚSICA: Lucio Godoy y Federico Jusid.

PRODUCCIÓN: Mariela Besuievsky, Gerardo Herrero, Vanessa Ragone y Viggo Mortensen · INTÉRPRETES: Viggo Mortensen, Soledad Villamil, Daniel Fanego, Javier Godino, Sofía Gala Castiglione.

En el nº 2.815 de Vida Nueva.

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