Incertidumbre ante el nuevo curso escolar

La crisis, la reforma legislativa y viejas polémicas marcan el inicio en educación

padres llevan a sus hijos al colegio

FRAN OTERO | No son buenos tiempos para la educación, y eso que para quienes nos gobiernan era intocable hace ahora un año. Comienza un nuevo curso, con nuevos y viejos problemas; con una crisis galopante que amenaza lo más básico, con protestas y reivindicaciones, con una reforma educativa en ciernes… muchas incertidumbres para un sistema que pocas veces, por una cosa u otra, ha tenido estabilidad en los últimos 30 años.

Son varios los frentes abiertos este año: la crisis con sus consiguientes ajustes, la subida del IVA que afecta al material escolar, la reforma educativa y el malestar del profesorado, que se manifiesta en protestas, huelgas y manifestaciones.

Los ajustes llegaron a la educación en mitad del curso pasado, aunque comiencen a aplicarse ahora. Para ahorrar unos 3.000 millones de euros, el Gobierno decidió el aumento, hasta un 20% de alumnos, de las aulas de Educación Primaria y Secundaria. Una medida que seguirá vigente mientras la crisis persista. Además, los profesores sufrieron un aumento de horas lectivas, hasta las 25 semanales en Primaria y 20 en Secundaria. Esta y otras medidas han causado malestar entre el profesorado.

Los ajustes afectan tanto a la escuela pública como a la concertada. En el caso de esta última, la situación se está volviendo dramática. Y es que hay centros concertados cuya viabilidad económica está en duda por los recortes: se han rebajado los módulos de concierto un 4,5% en gastos de personal y gastos variables, y un 1,5% en otros gastos, ajustes que también han afectado a la remuneración del profesorado de estas escuelas, que, desde 2011, han acumulado una rebaja del 10%.

“Los recortes nos desaniman”

Desde Escuelas Católicas, apuntan que las últimas medidas del Gobierno están “cayendo como una losa en el ánimo de los equipos directivos y del profesorado”. En declaraciones a Vida Nueva, el abogado Luis Centeno asegura que “si se siguen produciendo retrasos en los pagos, y si las familias no pueden colaborar con aportaciones voluntarias, sí que se puede producir una situación de parálisis. No sé si se llegaría al cierre, es lo último, pero no se podrán pagar facturas, ni hacer reparaciones…”.

Centeno asume que este no es el mejor momento para subir los módulos, pero pide un estudio para que las familias y centros sepan lo que cuesta mantener un aula, y desde ahí, “fijar un calendario para que la administración financie el coste real. La sociedad debe conocer el déficit que asumen los centros”.

En el nº 2.814 de Vida Nueva. Incertidumbre ante el nuevo curso escolar, íntegro solo para suscriptores

 

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