Celebrado el funeral por el cardenal Martini, “infatigable servidor del Evangelio”

funera cardenal jesuita Carlo Maria Martini en MIlán

El Papa envió un mensaje que fue leído en la catedral, ante 20.000 personas

funera cardenal jesuita Carlo Maria Martini en MIlán

El funeral por el cardenal Carlo M. Martini fue oficiado por el cardenal Scola

ANTONIO PELAYO, corresponsal de Vida Nueva en ROMA | La noticia de la muerte del cardenal Carlo Maria Martini, no por presentida y casi anunciada ha dejado de producir en el Vaticano una fuerte conmoción, ni otra menor el amplio eco que ha suscitado en todo el mundo, católico y no, su desaparición. En muy pocos casos el fallecimiento de un cardenal ha provocado tal avalancha de comentarios positivos y una tan masiva reacción a escala mundial. Sus funerales tuvieron lugar ayer, lunes 3 de septiembre, a las 16:00 h.

Ya mucho antes, las naves de la catedral de Milán estaban abarrotadas, y en la plaza se habían instalado dos megapantallas de televisión para retransmitir en directo la ceremonia religiosa.

La presidió el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, y ocupó un lugar especial el enviado especial del Papa, el cardenal Angelo Comastri, vicario de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano (el director del Corriere della Sera, Ferruccio de Bortoli, había escrito en su editorial del día 1: “Sería un gesto altamente simbólico para la unidad de la Iglesia, incluso revolucionario, si el lunes, para el último saludo en el Duomo, estuviese también Benedicto XVI”).

Comastri leyó un quirógrafo papal en el que Joseph Ratzinger recordaba al “pastor generoso y fiel de la Iglesia, al infatigable servidor del Evangelio y de la Jerusalén celeste”, y elogiaba su espíritu de encuentro y de diálogo con todos, su caridad profunda, atento a todas las situaciones difíciles para ser portador de esperanza.

“Fue capaz de enseñar a los creyentes y a los que están en la búsqueda de la verdad, que la única Palabra digna de ser escuchada, acogida y seguida es la de Dios, porque indica a todos el camino de la verdad y del amor”.

El Papa –a través de Comastri– recordaba el lema episcopal del purpurado, Pro veritate adversa diligere (Por amor a la verdad, hay que amar las dificultades), muestra de su empeño por estar “atento a todas las situaciones, especialmente a las más difíciles, cercano, con amor, hacia el que estaba en la confusión y desaliento, en la pobreza y en el sufrimiento”.

cardenal Carlo M. Martini despedida fieles catedral Milán

Unas 200.000 personas han dado su último adiós al cardenal Martini en la Catedral de Milán

En su homilía, Scola destacó “la imponente figura de este hombre de Iglesia” y aseguro que la herencia que deja Martini está toda en su vida y en su magisterio, “y nosotros debemos continuarla”.

Una ceremonia de gran dignidad

Junto a Scola y Comastri concelebraron los cardenales Dionigi Tettamanzi, que sucedió a Martini en la cátedra de San Ambrosio; Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana; Severino Poletto, arzobispo emérito de Turín; los obispos de la Lombardía y otros muchos cardenales y prelados: Marco Cé, Francesco Coccopalmerio, Laurent Monsengwo Pasinya, Gianfranco Ravasi, Paolo Romeo o Agostino Vallini, así como el prepósito general de la Compañía de Jesús, el P. Adolfo Nicolás.

En total, asistieron 39 obispos, más de 1.200 sacerdotes y varios representantes de otras religiones. Ni que decir tiene que además de la multitud (unas 20.000 personas, dentro y fuera de la catedral), estaban presentes, con el primer ministro italiano, Mario Monti, a la cabeza, varios ministros de su Gobierno y personalidades de la cultura y la política de todo tipo, incluido el gobernador de la región de Puglia, Nichi Vendola.

Fue una ceremonia de gran dignidad, al final de la cual el ataúd de Martini fue enterrado en la tumba central de la basílica bajo el crucifijo de san Carlos Borromeo, su más ilustre predecesor, también enterrado en el Duomo.

En el nº 2.814 de Vida Nueva. Crónica La Iglesia llora al fallecido cardenal Martini, íntegra solo para suscriptores

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir