Tribuna

Juan de Ávila

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ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma

“Ya es de por sí bastante insólito que se traduzcan al italiano obras españolas de temática religiosa. Pero, además, el libro de Laboa ha merecido una larga reseña en el Corriere della Sera…”

En uno de los últimos números del semanario francés Témoignage Chrétien, no precisamente ratzingeriano entregado, Jacques de Guillebon escribe un artículo con el título “Benedicto XVI el revolucionario”.

Sorpresa aún mayor al constatar que el Papa se merece el adjetivo por elevar a la categoría de doctores de la Iglesia universal a Hildegarda de Bingen y a Juan de Ávila, “una monja –afirma el autor– que describe con detalles la naturaleza fisiológica del orgasmo femenino y un predicador que criticaba a los ricos católicos antisemitas de España”.

De nuestro santo, el colega francés reconoce que fue “presa de los celosos, de los funcionarios de la Iglesia local que intentaron procesarle por herejía. Salió de ellos victorioso y engrandecido en su tiempo y ante la historia”.

En el nº 2.811 de Vida Nueva.