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Aprendiendo de Jesús a expresar nuestras emociones


Un libro de Yolanda Velázquez (Desclée De Brouwer, 2012). La recensión es de Juan Fco. Sampedro de la Torre

Aprendiendo de Jesús a expresar nuestras emociones, Yolanda Velázquez, DDB

Aprendiendo de Jesús a expresar nuestras emociones

Autora: Yolanda Velázquez

Editorial: Desclée De Brouwer, 2012

Ciudad: Bilbao

Páginas: 128

JUAN FCO. SAMPEDRO DE LA TORRE | En contexto psicológico se define la emoción como “un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos de origen innato, influidos por la experiencia y con una función adaptativa a lo que nos rodea”.

Desde los inicios de la moderna psicología, mucho se ha escrito acerca de las emociones: sus orígenes, sus expresiones, la forma de controlarlas o educarlas… En los últimos años, se habla de inteligencia emocional y se busca aplicarla de manera efectiva en los campos de la educación, la empresa o el éxito en la vida personal y social.

Todos tenemos experiencia de cómo los componentes afectivos, biológicos, conductuales o cognitivos de las emociones nos arrastran y dominan llevándonos a veces hacia derroteros de sufrimiento que nos alejan de la estabilidad y de la paz deseadas.

También nuestra autora, Yolanda Velázquez, se plantea reflexionar acerca de las emociones, pero aportando una buena novedad, al iluminarlas en Jesús de Nazaret, plenitud del ser humano.

Partiendo de la búsqueda de la felicidad en la que todo ser humano se halla inmerso, analiza las principales emociones que pueden influir negativamente en este camino: el miedo, la culpa, la soledad, el resentimiento, la ansiedad, la desconfianza…, con una interesante estructura: análisis de la emoción (descripción, expresiones, consecuencias…), iluminación cristiana (cómo vivió Jesús dicha emoción), invitación a la reflexión personal (cómo vivo yo actualmente esa emoción), para finalizar con una oración que en toda la obra repite el mismo estribillo: “Dame la serenidad de aceptar lo que no pueda cambiar, el valor de cambiar aquello que puedo y la sabiduría de reconocer la diferencia”.

En un segundo momento, y con la misma estructura, esboza una serie de emociones con consecuencias bastante más positivas que las anteriores (el optimismo, la valentía, la libertad, la gratitud, la relación con Dios y con los demás…), mostrando cómo nos ayudan a crecer y madurar, siempre con Jesucristo como modelo.

Frente al uso exclusivamente pragmático de búsqueda de éxito personal y profesional que a veces plantea la actual psicología, Yolanda Velázquez tiene la valentía de presentar a Jesús de Nazaret como ejemplo a seguir: Aquel que vivió una amorosa relación con Dios y que pasó haciendo el bien entre los hombres, controlando y desarrollando sus emociones de manera generosa y fecunda, pues en esto consiste la verdadera y plena humanidad: vivir para Dios y para los demás.

En el nº 2.812 de Vida Nueva.

Actualizado
03/08/2012 | 01:51
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