Zamora estrena Museo Diocesano “para gloria de Dios”

El nuevo espacio narra, con 137 piezas, casi un milenio de historia local

Museo Diocesano de Zamora

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Zamora suma al Museo Catedralicio –con sus imponentes tapices flamencos– otra joya del arte sacro: el Museo Diocesano, recién inaugurado en la iglesia de Santo Tomé, “una de sus hermosas iglesias románicas”, según el obispo, Gregorio Martínez Sacristán. El nuevo museo nace en el restaurado templo, construido en el primer cuarto del siglo XII, con una colección permanente de 137 piezas, entre escultura, pintura, platería, orfebrería, metalistería, mobiliario y objetos pétreos, como capiteles, que narran casi un milenio de historia diocesana.

“Este museo representa un testimonio más, humilde pero real, de la historia de esta Iglesia local, de sus ritos y tradiciones religiosas, culturales y litúrgicas, del desarrollo de la cultura de la diócesis a lo largo de los siglos, con particular referencia a las formas artísticas creadas a lo largo del tiempo”, afirmó Martínez Sacristán en la inauguración del museo, que exhibe piezas datadas entre el siglo I –estelas hispanorromanas procedentes del entorno de la iglesia de San Idelfonso– hasta el siglo XIX, como las tallas de Ramón Álvarez (Coreses, 1825–Zamora, 1889).

“El arte en la Iglesia ha sido siempre concebido como instrumento primario de evangelización, y así este Museo quiere poner de manifiesto –añadió el obispo– el sentido teológico de las obras que expone y ayudar a comprender su sentido originario para alabanza y gloria de Dios”.Museo Diocesano de Zamora

De ahí que el relato expositivo esté centrado en “el Misterio de Cristo, de la Virgen María y de la Iglesia”, sobre todo en piezas escultóricas y pictóricas, como indica el director del Museo y responsable de la Delegación Diocesana de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras.

Todos los estilos

Esa narración museística ofrece estilos muy diversos, desde el arte romano y visigodo hasta el neoclásico y el colonial, pasando por el Románico, el Gótico y el Renacentista.

Rivera destaca, entre todos ellos, el Barroco que representa la talla de la Inmaculada Concepción (1630) de Gregorio Fernández, que perteneció al convento de las Madres Concepcionistas de Zamora. De esa misma sede conventual proceden dos bustos de Pedro de Mena, Ecce Homo y Virgen Dolorosa, ambos datados hacia 1680.

Junto a ellos, el director del Museo resalta obras hispanoflamencas “como una Virgen con el Niño o un Niño Jesús procedentes del taller de Malinas”, según enumeró en una visita previa a la inauguración, que guió el propio Rivera, y donde destacó también piezas de escultores como Gil de Ronza, de pintores como Alonso del Arco y Diego Díez Ferreras o plateros como Antonio de Burgos o Cayetano de Agándara.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.811 de Vida Nueva. Zamora estrena Museo Diocesano “para gloria de Dios”, íntegro solo para suscriptores

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