La impugnación de las elecciones polariza México

pancarta campaña elecciones presidenciales México 1 de julio

La Iglesia alerta del aumento de la tensión social y el consecuente parón ejecutivo

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Las elecciones del 1 de julio aún no garantizan un presidente

FERNANDO MENDOZA J. MÉXICO DF | Transcurridas tres semanas desde las elecciones generales que supusieron la victoria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) después de doce años en la oposición, aún no está claro quién ocupará la presidencia de México en sustitución de Felipe Calderón.

Así, pese a que el Instituto Federal Electoral (IFE), después del conteo de los 300 distritos electorales, confirmó el triunfo del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, con 19.260.784 votos (38,21%), la impugnación de los resultados por Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento Progresista, y segundo en la cita electoral con 15.896.999 sufragios (31,59%), pone en cuestión el futuro inminente del país.

Aunque Peña Nieto, quien se ha reunido recientemente con Calderón, ha prometido que conformará un equipo que ya vaya trabajando las tan necesarias reformas legales que el país necesita, tales como la fiscal, energética, laboral o sobre seguridad social, lo cierto es que, para poder hacerlo, necesita conjuntar esfuerzos con los otros partidos, dado que no alcanzará la mayoría ni en la Cámara de Senadores ni en la de Diputados.

López Obrador, quien no acepta los resultados “porque no demuestran la realidad”, ha solicitado al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que declare la invalidez de la elección presidencial. Además, el candidato de izquierdas ha presentado un Plan Nacional para la Defensa de la Democracia y de la Dignidad de México, del que aseguró su carácter “pacífico” y que no dará “ningún pretexto para que los violentos nos acusen de violentos”.

Las denuncias del Movimiento Progresista se habían centrado en la compra de votos a través de tarjetas del Banco Monex y de las tiendas Soriana, pero luego que su consultor jurídico Arturo Núñez declaró que sería muy difícil comprobar dicho delito, las reclamaciones para la nulidad de la elección presidencial se han centrado en los siguientes puntos: la inequidad en el trato de los medios debido a la adquisición encubierta de tiempos en radio y televisión; el rebase de gastos en topes de campaña; encuestas usadas como medio de propaganda e inducción del voto y la intervención ilegal de la autoridad ajena al proceso electoral.

Diferente ha sido la estrategia de Josefina Vázquez Mota, candidata del Partido Acción Nacional (PAN) y tercera en la disputa con 12.786.647 papeletas (25,41%). Pese a manifestar también que la campaña presidencial fue “inequitativa”, ha aceptado los resultados y no impugnará la elección.

De hecho, tras reconocer su “derrota mayúscula”, Vázquez Mota dijo que conformará una asociación, denominada Ola Civil, para conjuntar los esfuerzos de las más de 12 millones de personas que la votaron. Dicho organismo tendrá como funciones principales la vigilancia del Gobierno federal, sobre todo en el combate a la corrupción y en materia de transparencia y rendición de cuentas.

Preocupación eclesial

Por su parte, la Iglesia mexicana se muestra preocupada por el aumento de la tensión social y el parón en la administración del país. En este sentido, Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, ha hecho un llamado a la convivencia: “Hagamos a un lado las condenas de unos contra otros y unámonos en todo cuanto ayude a vencer la pobreza y la incertidumbre. Pongamos en común nuestras inquietudes y busquemos coincidencias, con la mira puesta en el bien de la comunidad. Valoremos las propuestas e iniciativas de los otros y seamos humildes para ceder en las nuestras. Superemos el pasado para ser hermanos contra la marginación y la violencia, para contrarrestar la inseguridad y el narcotráfico, para que los jóvenes tengan alternativas esperanzadoras, para que los campesinos e indígenas vivan con dignidad. Solo quien es humilde y generoso para renunciar a sí mismo y para construir con otros la unidad, es un buen ciudadano y un buen cristiano”.

Un mensaje similar al de José Juan Sánchez Jácome, sacerdote encargado de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa: “No es justo que la sociedad civil siga quedando como rehén de la clase política mientras las necesidades sociales, incluso las más urgentes, siguen siendo postergadas por todo el desgaste que supone la confrontación de los partidos políticos”.

En el nº 2.810 de Vida Nueva.

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