Crisis y nueva evangelización, también en el mar

festividad de Nuestra Señora del Carmen

Centran la festividad de Nuestra Señora del Carmen, el 16 de julio

festividad de Nuestra Señora del Carmen

J. FANDIÑO. Foto: MIGUEL GONZÁLEZ | Llega a los pueblos, villas y ciudades vinculadas al mar y a sus gentes la festividad de la Virgen del Carmen, el lunes 16 julio. Como es habitual, el obispo promotor del Apostolado del Mar, Luis Quinteiro Fiuza, dirige a todos aquellos que trabajan y viven del mar, a los capellanes y voluntarios un breve mensaje, que este año está marcado por dos cuestiones: la nueva evangelización, que recorre todos los ámbitos de la Iglesia, y la crisis económica.

“En un mundo marítimo cada vez más heterogéneo, en los puertos, convertidos en la encrucijada de la humanidad, y en buques con tripulaciones compuestas por miembros de diferentes credos y nacionalidades, los cristianos debemos anunciar la Buena Nueva de la salvación, no solo con palabras, sino con aquel cariño y entusiasmo propios del que quiere compartir la existencia y el proyecto de Jesús. Llevamos el anuncio de un mundo nuevo, reconociendo en el rostro del otro a una persona a la que amar y respetar”, afirma Quinteiro.

Tal y como explica previemente, “María, la Stella Maris, nos convoca al seguimiento de Cristo, su Hijo, y nos invita a hacer lo que él nos diga”. “Esta es una de sus más importantes recomendaciones; es el consejo que nace de una confianza absoluta en Jesucristo y que brota de un conocimiento íntimo de su misión salvífica. (…) En Él está la respuesta a tantos problemas, dificultades y retos a los que nos enfrentamos”, añade.

Situación social

Sobre esta última cuestión, la situación económica y social, dedica un párrafo para recordar que la Virgen “nos guía por las aguas difíciles de la vida, de manera especial en estos momentos álgidos de crisis económica y de paro”. “En el sufrimiento por la separación de sus familias durante largos meses, los marineros cuentan con el consuelo del amor de Dios que viene por medio de María y los une con sus familias más allá de la distancia. En las incertidumbres de la vida en la mar llevamos la certeza de que Dios nos protege”, alienta.

Finalmente, dirige un recuerdo especial para todos los marineros que fallecieron durante este año en el mar y a sus familias, al tiempo que anima al resto de la comunidad cristiana a “mostrarles todo el apoyo humano y espiritual, y a pedir por ellos al Señor y Nuestra Señora del Carmen, a la que invocaron en los momentos de dificultad vividos en la mar”.

En el nº 2.809 de Vida Nueva.

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