La violencia continúa desangrando Nigeria y Kenia

Iglesia atacada en Kenia
Iglesia atacada en Kenia

Iglesia atacada en Kenia

M. Á. MALAVIA | Desgraciadamente, no son excepcionales los capítulos de violencia en Nigeria y Kenia. Como tampoco es extraño el que esta se dirija contra las comunidades cristianas, cuyas iglesias son punto de mira de atentados por distintos motivos, no solo religiosos.

Es lo que ha ocurrido en el caso de Nigeria, donde el pasado fin de semana tuvieron lugar una serie de ataques en el estado de Plateau que costaron la vida a un total de 104 personas. Pese a que los autores, pertenecientes a la etnia fulani, eran musulmanes, y las víctimas, de la tribu birom, eran cristianos, el arzobispo local, Ignatius Kaigama, niega que la matanza se deba a causas religiosas.

En declaraciones a la agencia misionera Fides, el prelado de Jos (capital de Plateau) y presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria considera que las razones profundas son “económicas” y “étnicas”, ya que se trata de un conflicto entre los pastores fulani y los agricultores birom, más allá del hecho de que los primeros sean mayoritariamente musulmanes y los segundos cristianos.

“Los pastores fulani se sienten víctimas de una injusticia, porque matan o roban su ganado y no son compensados por las pérdidas sufridas. Yo creo que la ira que surge de esta situación los lleva a atacar de esta manera tan terrible”.

Sea como fuere, el hecho es que la violencia se generaliza cada vez más en un país en el que la secta islamista Boko Haram atenta cada poco tiempo, y de un modo brutal, contra los cristianos.

Ataque en Kenia

Sí fueron fines religiosos los que causaron, el pasado 1 de julio, ataques contra dos iglesias (una católica y otra evangélica) de Garissa, al este de Kenia, cerca de la frontera con Somalia. Hasta 17 víctimas murieron cuando se disponían a asistir a la misa dominical y fueron sorprendidas por un grupo de encapuchados.

Aunque el ataque no fue reivindicado, supuestamente habría sido obra de milicias de Al Shabab, célula ligada a Al Qaeda, en protesta por la incursión, en octubre, de tropas keniatas en territorio somalí.

El Consejo Supremo de los Musulmanes en Kenia no tardó en condenar los hechos: “No vamos a permitir que en este país surja una división religiosa. Cualquiera que lo intente, fracasará”. Además, anunció el gesto solidario de que jóvenes musulmanes harán servicio de vigilancia en iglesias de todo el país.

En el nº 2.809 de Vida Nueva.

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