Benedicto XVI: “Las fuerzas del mal no prevalecerán”

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El Papa preside, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, la ceremonia de imposición de los palios a los nuevos arzobispos

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Benedicto XVI en un momento de la ceremonia

ANTONIO PELAYO, corresponsal de Vida Nueva en ROMA | Unidad en torno al Sucesor de Pedro, amor al Obispo de Roma que “preside la Iglesia en la caridad”, respeto afectuoso a la persona de Benedicto XVI y confianza en que las potencias del mal “no prevalecerán”. Estas han sido las líneas de fuerza que han presidido la celebración en el Vaticano de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de junio.

Este año eran más perceptible que nunca estas emociones en los miles de personas que acudieron a la Basílica para asistir a la bendición e imposición de los palios a los arzobispos metropolitanos nombrados durante el último año y a la celebración eucarística presidida por el Santo Padre.

La ceremonia era ya en sí misma una evidencia de la universalidad de la Iglesia católica: de los 46 arzobispos nombrados por el Papa desde julio de 2011, estaban presentes 44 que presiden Iglesias particulares en los cinco continentes. Igualmente evidente la dimensión ecuménica, ya que asistió al rito la delegación oficial del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, y, junto a la Capilla Sixtina, participó en la ejecución de la parte musical de la liturgia el coro de la abadía anglicana de Westminster.

La homilía del papa Ratzinger merece, como todas sus palabras, un especial comentario, porque, sin entrar para nada en las polémicas de los últimos tiempos (decepcionando así a los colegas que esperaban un titular al respecto), da las claves fundamentales para entender en su justa dimensión todo lo que ha sucedido, sucede y sucederá a la Iglesia de Jesucristo a lo largo de los siglos.

“Pedro y Pablo –dijo el Papa–, aunque humanamente muy diferentes entre sí el uno del otro y a pesar de que no faltaron conflictos en su relación, han constituido un nuevo modo de ser hermanos (…) Solo el seguimiento de Jesús conduce a una nueva fraternidad”.Vaticano ceremonia de imposición palios arzobispos 2012

“El discípulo [Pedro] que –añadió un poco más adelante– por un don de Dios puede llegar a ser roca firme se manifiesta en su debilidad humana como lo que es: una piedra en el camino, una piedra con la que se puede tropezar –en griego, skandalon–. Así se manifiesta la tensión que existe entre el don que proviene del Señor y la capacidad humana; y en esta escena entre Jesús y Simón Pedro vemos de alguna manera anticipado el drama de la historia del mismo papado, que se caracteriza por la coexistencia de estos dos elementos: por una parte, gracias a la luz y la fuerza que viene de lo alto, el papado constituye el fundamento de la Iglesia peregrina en el tiempo; por otra emergen también, a lo largo de los siglos, la debilidad de los hombres, que solo la apertura a la acción de Dios puede transformar”.

“En el Evangelio de hoy emerge con fuerza –insistió en otro momento– la clara promesa de Jesús: ‘el poder del infierno’, es decir, las fuerzas del mal no prevalecerán, non prevalebunt (…). En verdad la promesa que Jesús hace a Pedro es ahora mucho más grande que las hechas a los antiguos profetas: estos, en efecto, fueron amenazados solo por enemigos humanos, mientras Pedro debe ser protegido de las ‘puertas del infierno’, del poder destructor del mal (…). Pedro es confortado con respecto al futuro de la Iglesia, de la nueva comunidad fundada por Jesucristo y que se extiende a todas las épocas, más allá de la existencia personal del mismo Pedro”.

“A la luz de estos paralelismos –prosiguió–, aparece claramente que la autoridad de atar y desatar consiste en el poder de perdonar los pecados. Y esta gracia que debilita la fuerza del caos y del mal está en el corazón del ministerio de la Iglesia. Ella no es una comunidad de perfectos, sino de pecadores que se deben reconocer necesitados del amor de Dios, necesitados de ser purificados por medio de la Cruz de Jesucristo”.

En el nº 2.808 de Vida Nueva. Benedicto XVI: “Las fuerzas del mal no prevalecerán – íntegro solo suscriptores”, íntegro solo para suscriptores

 

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