Los obispos de León y Oviedo apelan al diálogo en el conflicto minero

VIDA NUEVA | La grave situación del sector minero en España, con una reforma en ciernes que supondrá el desmantelamiento de explotaciones en zonas de Asturias, Castilla y León o Aragón, inquieta también a la Iglesia, que trata de hacerse cercana a quienes sufren sus efectos.

Así, en los últimos días, desde León, tras una reunión del obispo Julián López con su consejo presbiteral, se ha hecho público un comunicado en el que, además de mostrar su “preocupación por la situación de inseguridad e incertidumbre, tensión e incluso violencia”, se apela a que las partes establezcan un diálogo para adoptar soluciones “que mejor preserven el bien común de las personas y familias”.

Asimismo se pide “a quien corresponda” que se tengan “muy en cuenta el derecho al trabajo, el apoyo a las comarcas y la atención a otros sectores productivos de nuestras tierras, afectadas también por la crisis financiera y económica”.

El comunicado concluye con la disposicón de la Diócesis de León “de acudir en ayuda de cuantos necesiten o requieran de nuestra colabración”.

Desde Oviedo, su arzobispo, Jesús Sanz, tras compartir la celebración de la fiesta de Santa Bárbara con los mineros, y tras bajar un día a la mina, invitado por los trabajadores, ha escrito una carta en la que, igualmente, apela al diálogo “como único camino en este momento enormemente delicado”.

“Ni la cerrazón por parte del Gobierno, ni la violencia
como arma reivindicativa de presión por parte de los trabajadores, conducen a ninguna solución. La sociedad no puede ser rehén de un conflicto frente al que no solo no nos desinhibimos con egoísmo indiferente, sino ante el que nos sentimos solidarios”.

Según Sanz, que reitera su “cercanía” a los mineros y a sus familias, “lo que estamos viendo y lamentando ni es el momento ni son las maneras para ayudar a sacar al país de la crisis económica y moral que estamos todos sufriendo”.

En el nº 2.807 de Vida Nueva.

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