Jordi Sierra i Fabra: “Todos mis libros tratan de la esperanza”

El escritor barcelonés ha publicado más de 400 obras en 40 años

Jordi Sierra i Fabra escritor

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) cumple 40 años publicando libros –“Hace cuarenta años que publico, porque dedicado a la escritura llevo muchos más. Comencé como con 8 años. Con nueve o diez ya tengo libritos escritos y encuadernados con más de cien páginas que guardo en mi casa”– y lo festeja con Quizás mañana la palabra amor (SM).

Ocasión singular para entablar un diálogo con este escritor total, autor de novelas memorables como Campos de fresa –una novela fundamental sobre el consumo de drogas– o Kafka y la muñeca viajera, por ejemplo, referentes de la “literatura para jóvenes”, como nombra repetidamente.

– Cuarenta años, cuatrocientos títulos… ¿Cómo lo hace?

– Publicados, porque escritos son muchos más. Siempre he escrito mucho, y muy rápido. Por eso escribí el Método Sierra i Fabra, en el que cuento mis técnicas y mis secretos. Pero no tengo ni secretaria; todo lo hago yo. Es más: no dejo que nadie toque ni una coma… Lo que escribo es lo que yo hago. ¿Cómo? Es que estoy todo el tiempo escribiendo y sacando ideas. Mientras leo la prensa, en los aviones, en cualquier momento. Me encierro dos semanas y ya tengo un libro. Antes lo he trabajado mucho: me documento, hago un guión, resumo cada capítulo y entonces me siento a escribirlo. No escribo nada si no lo tengo muy claro. Eso me permite rapidez…

“He hecho mucho, como toda mi generación,
todos los autores que estamos en los sesenta.
Me gusta pensar que muchos niños y jóvenes
han sido lectores gracias a nosotros”.

– Y, por lo que le escucho, trabajar con la misma ilusión que el primer día…

– Por supuesto. Si no, no escribiría más. Hago lo que me gusta. Por eso, cuando alguien me reprocha por qué escribo tanto, me enfado. ¡Si hago lo que quiero! O cuando me dicen: “Oye, que ya has ganado treinta premios, deja ya de presentarte…”. La repuesta es clara: ¿por qué no deja Nadal de ir a Roland Garros si ya ha ganado siete? También, como él, me gusta competir. Voy a cumplir 65 y advierto que no me voy a jubilar. ¡A mí, descansar y dejar de escribir me horroriza! Cuantos más años tengo, siento que me queda menos tiempo y más ganas me entran de escribir. Mi locura, mi forma de ser, mi entusiasmo, mi honestidad, creo que contagia a los lectores.

Kipling, Verne, Salgari

– Lectores que han comprado ya diez millones de ejemplares de sus libros…

– No está mal, no. Porque estamos hablando de un país en el que no se lee lo suficiente. Es brutal, nunca me lo hubiera imaginado. Sobre todo, porque la mitad es desde el año 1997. Mucho de todo esto tengo que agradecérselo a los maestros que siguen recomendando mis libros. Las cifras, los récords, están bien, pero yo solo quería ser feliz escribiendo… Y lo he conseguido. Quería ser Kipling, Salgari o Julio Verne, pero he sido Jordi Sierra. Me gusta ponerme tan solo una medalla: que he hecho mucho, como toda mi generación, todos los autores que estamos en los sesenta, desde Fernando Lalana a Gonzalo Moure, por la lectura en España. Me gusta pensar que muchos niños y jóvenes han sido lectores gracias a nosotros.

– La esperanza define correctamente el grueso de su obra…

– Yo nunca estudié y soy consecuente con mis limitaciones. Pero de joven me pregunté: ¿cómo quiero triunfar? Y decidí que lo haría en torno a cinco patas, cinco palabras, que han sostenido mi obra y mi vida: paz, amor, respeto, honradez y esperanza. Por duro que sean mis libros, acaban hablando de estas cinco palabras. Pero, sobre todo, de esperanza. Porque tenemos que creer en algo; si no, estamos perdidos.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.807 de Vida Nueva. Entrevista con Jordi Sierra i Fabra, íntegra solo para suscriptores

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