Aparecida, los pueblos indios y el kairós

fieles en la Basílica de Aparecida (Brasil)
fieles en la Basílica de Aparecida (Brasil)

Oración en la Basílica de Aparecida (Brasil)

PABLO ROMO CEDANO. MÉXICO DF | Hoy, al leer los signos de los tiempos, dice el Documento de Aparecida, atravesamos por un kairós, un momento de oportunidad para renovar nuestro mundo y cambiar radicalmente: “Los indígenas y afroamericanos emergen ahora en la sociedad y en la Iglesia“.

“Este es –sigue el documento– un kairós para profundizar el encuentro de la Iglesia con estos sectores humanos que reclaman el reconocimiento pleno de sus derechos individuales y colectivos, ser tomados en cuenta en la catolicidad con su cosmovisión, sus valores y sus identidades particulares, para vivir un nuevo Pentecostés eclesial”.

Hoy, como dice el teólogo indigenista Roberto Tomichá, la sabiduría de los pueblos indios puede ayudar a resolver muchos de los retos que plantea la posmodernidad. De ahí que muchas comisiones misioneras y miembros de la Iglesia hablen de “fortalecer la espiritualidad de nuestros pueblos; enlazarnos con las causas y luchas de otros pueblos para tejer y crecer en la solidaridad; recuperar la memoria histórica de nuestros pueblos; fortalecer los horcones sobre los que descansa la vida de nuestros pueblos: el territorio, el trabajo comunitario o tequio, las asambleas, las autoridades propias, la fiesta”, como señala el Comunicado del VIII Encuentro Nacional de Pastoral Indígena, celebrado en México en enero pasado.

De igual manera, se agrega que “el camino por recorrer, en el campo de nuestros derechos colectivos, es amplio y cuesta arriba, porque aún no vemos su aplicación, a pesar de haber sido promulgados por la ONU”.

La Iglesia tiene ante sí retos importantes para acompañar con y desde los pueblos indios: el derecho a la consulta, la autonomía, la autodeterminación y autogobierno, la identidad, educación, idioma, conocimiento y derechos culturales, tierras, territorios y bienes (recursos) naturales, desarrollo, salud, derechos económicos, administración y sistema jurídico, igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

De ahí la actualidad de la oración que se recoge también en el Documento de Aparecida: “Quédate, Señor, con aquellos que en nuestras sociedades son más vulnerables; quédate con los pobres y humildes, con los indígenas y afroamericanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad”.

En el nº 2.807 de Vida Nueva.

 

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