Al servicio de los misioneros

escuela de formación misionera alumnos y profesores

La Escuela de Formación Misionera ofrece durante el periodo estival cursos de actualización y reciclaje

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MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Muchas son las personas que aprovechan el verano para trabajar generosa, desinteresada y puntualmente como voluntarios en países de misión. Pero también es momento para que los misioneros y misioneras que comparten su vida de forma estable fuera de nuestras fronteras vuelvan para ver a su familia y para hacer un parón de reciclaje y balance.

Algunos elijen para ello la Escuela de Formación Misionera (EFM), una estructura de formación creada para ellos. Es fruto de la colaboración de distintas instituciones misioneras que la patrocinan: la Comisión Episcopal de Misiones (CEM), Obras Misionales Pontificias (OMP), la Conferencia de Religiosos de España (CONFER), el Servicio Conjunto de Animación Misionera (SCAM), el Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), OCASHA-Cristianos con el Sur, Obra de Cooperación Sacerdotal HispanoAmericana (OCSHA), la Coordinadora de Laicos Misioneros (CALM) y el Instituto San Pío X (La Salle).

Mantiene un triple objetivo: ofrecer un espacio de reflexión y formación; preparar de forma inmediata para un proyecto de evangelización solidario y ayudar a vivir la misión.

Los destinatarios de la Escuela no son únicamente religiosos y religiosas sino todas aquellas personas con inquietud misionera que, desde ámbitos eclesiales, misioneros y de cooperación internacional, quieran fundamentar su compromiso. Actualmente, el equipo directivo está formado por Jesús Álvarez (IEME), Carlos Collantes (CONFER), Marcela Balguerías (OCASHA) y Vicente Clemente (La Salle).

Para cumplir su cometido, la Escuela organiza dos cursos de formación según los destinatarios. El primero y más conocido es el Curso Intensivo de Formación Misionera, que dura tres meses y ofrece una formación inmediata para quienes salen a la misión por primera vez. El segundo es un Curso de Actualización, Renovación y Espiritualidad Misionera, pensado para hacer una revisión sobre la experiencia misionera vivida, incluyendo ejercicios espirituales. Su duración es de 10 días y se imparte a principios de verano en régimen de internado.

Alumnos y recursos económicos

La EFM cumplió 20 años en 2011, consolidándose como un centro de referencia en el ambiente misionero de España. En todo este tiempo se han visto cambios importantes en la sociedad que se han trasladado al campo misionero.

Uno de ellos, el más llamativo, es el descenso considerable de alumnos, algo que no se ve con agobio, aunque sí con cierta preocupación, sabiendo que esta reducción hay que encuadrarla en el contexto sociorreligioso.

Otra realidad que sigue percibiéndose es que aún hay un número significativo de misioneros que marchan sin preparación previa. Unas veces porque hay “autopreparaciones” a través de diferentes libros y documentos; otras porque las Iglesias de destino les proponen hacer la formación allí, y en otros casos, porque las actitudes de autosuficiencia hacen no ver necesaria esta formación. En otros casos, la “urgencia” por marchar a la misión hace que no se tenga en cuenta la necesidad de una formación previa.

Pero, sin duda, actualmente la mayor dificultad de esta institución es de tipo económico, fruto de la reducción de alumnos y, por tanto, de los ingresos. El objetivo de poder dar becas de matrícula está siendo inviable, pues al no ser la Escuela una entidad jurídica, propiamente hablando, sino la acción conjunta de una serie de instituciones patrocinadoras, no es posible pedir ayudas o subvenciones a otro tipo de instituciones, por ejemplo civiles.

Esto ha llevado a hacer un esfuerzo por buscar financiación por otras vías, con el objetivo de no ser una carga para las instituciones patrocinadoras arriba mencionadas. Por todo esto, y aunque está pasando por una etapa un tanto crítica por el número de alumnos y sus dificultades económicas, es importante plantear fórmulas de apoyo eclesial para evitar su desaparición.

LEVADURA

Así como no puede crecer una planta sin tierra o sobrevivir un pez fuera del agua, algunas decisiones no pueden darse sin el humus de una fe madura. Esta es la savia que corre por las venas de tantos misioneros que siembran sin descanso y que dan fruto. Son presencia evangélica, aun cuando pudiera parecer que están “fuera de servicio”, siempre y allá donde vayan.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.806 de Vida Nueva.

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