Santa Marta, más allá del esoterismo

Itinerarios de peregrinación, formación y servicio

En la ciudad de Bogotá, en la esquina de la carrera 21 con calle 51 (localidad de Teusaquillo), se encuentra una parroquia fundada hace 63 años bajo el patrocinio de santa Marta. 15 años atrás, con la llegada del presbítero Alonso Rodríguez la realidad de la parroquia cambió. “Él inició, con otro sacerdote religioso, un proceso de apertura para que viniera gente que ya conocía a santa Marta”, comenta el P. José Orlando Cruz, su actual párroco. Con esta apertura, emerge uno de los mayores centros de peregrinación en la ciudad.

Desde entonces, cada martes, de cada semana, de cada mes del año, los alrededores de la parroquia se transforman. Antes de las 5:45 de la mañana, las tranquilas calles se tornan agitadas y congestionadas. Las velas, los velones, las flores, las camándulas, las novenas, los escapularios, los aceites, las botellas con agua y las imágenes, son expuestas al paso de los transeúntes que se dirigen al templo. Una y otra vez se escucha: “sí, a la orden”. Al tiempo que amanece, se entona un canto y se escucha la lectura de las intensiones de la misa de 6, que van desde pedir por el negocio hasta por un viaje, pasando por las intenciones por los enfermos. Este rito demora varios minutos y luego sí se da inicio a la celebración.

La asamblea participa entusiasta de la liturgia del día, esperando que llegue el momento de la novena y de la bendición del agua y los objetos de piedad. Muchos aguardan frente a la imagen de santa Marta, y otros simplemente rezan la novena y luego se retiran. La gran mayoría participa de los cantos y las oraciones. Estos rituales se repiten en cada una de las nueve misas que se celebran en el día, donde fácilmente pueden concurrir de 7200 a 9000 peregrinos (entre 800 y 1000 personas por misa).

Breve etnografía de santa Marta

El P. Cruz comenta que “santa Marta es una santa del tiempo de Jesús, la hermana de María y Lázaro. Marta, en arameo antiguo, quiere decir: la señora, la hospitalaria, la que acoge y sirve”. Es recordada por la escena en la que su hermana, María, se pone a los pies del Maestro, mientras ella reclama ayuda en las labores domésticas. “Ella es la abogada de causas difíciles”, dice una señora del sector; “es la abogada de los imposibles”, afirma una vendedora. Se le reconoce por ser trabajadora, patrona de las amas de casa, de las empleadas domésticas, de los hoteleros, entre muchos otros oficios. En fin, santa Marta es una intercesora ejemplar a la que miles de personas acuden.

Quienes la visitan saben que no ha perdido sus laboriosas cualidades y menos en su propia casa. Por eso sus devotos acuden a ella desde diferentes coordenadas y de todos los estratos sociales, para presentarle sus dificultades, necesidades y preocupaciones, con la certeza de que serán escuchados y recibirán soluciones. Sus milagros no se hacen esperar, aunque no con la espectacularidad que muchos podrían imaginar. El Padre Cruz tiene la firme convicción de que “un milagro es la conversión de una persona”, y agrega, con voz de experiencia y conocimiento de causa: “Aquí muchas personas han dado testimonio público de los regalos y los signos de Dios en sus vidas. Una pareja muy cercana, con cinco años de matrimonio, pedía por la vida de su bebé, ante el riesgo de perderla durante el embarazo. Hacían oración y venían a la misa. Hoy agradecen por el regalo de su hija que ya va a cumplir dos añitos. Y de esos casos de fecundidad hay muchos. Lo mismo que de sanaciones de cáncer. Cuando uno confía en el Señor, Él hace su obra, y esa obra empieza por sanar el espíritu, liberando del pecado, del egoísmo y de todo aquello que deshumaniza”.

Otro asunto que llama la atención es la devoción a la novena de santa Marta. No es extraño observar personas que la compran, bien en el despacho parroquial, en los puestos móviles, en los locales o ante la insistencia de un vendedor. De hecho, dentro del templo la gran mayoría de los fieles sostienen una entre sus manos. Hay quienes incluso se confunden en el mar de ediciones (¿piratas?) que existen y se preguntan: ¿cuál es la verdadera? El párroco comenta que “la novena no quiere ser una retahíla; incluso el lenguaje que hay en ella es actual. En eso me ayudó un sacerdote de la Arquidiócesis. Con la novena se pretende conducir a los feligreses de la mano de Jesucristo durante nueve días, ya sea cada martes o durante nueve días seguidos, dependiendo de la voluntad y la promesa que se haga. Lo cierto es que los devotos de santa Marta se vinculan, a través de ella, a la parroquia y a la Iglesia. No obstante, sabemos que no faltan las personas que vienen a hacer el rito con la ilusión de que este acto le cambiará la suerte y la vida”.

Total, entre novenas, eucaristías y economías informales, los ríos de gente no cesan de acudir al templo los días martes, desafiando todas las previsiones logísticas. “A pesar del caos, se ha logrado mayor serenidad con la colaboración de la policía, pero no deja de existir un cierto nerviosismo. Por lo menos ya llevamos dos años de tranquilidad frente a los eventos de robos que se vivían incluso dentro del mismo templo”. De todos modos es importante anotar que “el colapso de los martes” tiene que ver con la multitud de gente que se abalanza hacia la parroquia, la cantidad de vendedores que se ubican en la calle por doquier y la gente enferma que se ubica en las aceras en espera de alguna caridad.

¡Marta, Marta, te agitas por muchas cosas!

Aunque las referencias bíblicas sobre santa Marta dibujan claramente su “afán” por el servicio (“Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas” Lc 10, 41), es justamente la proyección social y solidaria una de las facetas menos conocidas de la parroquia que lleva su nombre. Sin embargo, bajo el patrocinio de la santa se benefician varias obras y fundaciones de la ciudad. “Esta parroquia tiene algo que yo encuentro muy interesante: la distribución semanal y mensual de mercados y ayudas a fundaciones de la Iglesia. Este es un asunto que hemos venido organizando con mucha seriedad. Hemos acogido a 15 fundaciones animadas por religiosos, religiosas y parroquias. Incluso la misma Arquidiócesis se beneficia”, afirma el párroco. Entre las instituciones y obras favorecidas, se encuentra la Fundación Mi Casa, el ancianato de las Hermanas de Santa Teresa, Tejiendo Comunidad, la Casa del Migrante, y algunas obras sociales que trabajan con jóvenes en la periferia de la ciudad. También se apoya la formación de sacerdotes y, aunque en menor medida, se colabora a algunas familias que lo requieren. Todo esto es posible gracias a la generosidad de los devotos y los benefactores que se sienten movidos, como santa Marta, a practicar la solidaridad con el prójimo.

Por otra parte, la comunidad parroquial también crece hacia dentro. En este sentido, cuenta con programas de formación dirigidos a laicos que prestan diferentes servicios o ministerios. Gracias a la escuela de laicos, que funciona los miércoles y los sábados, se ha logrado incrementar y fortalecer grupos de ministros extraordinarios de la eucaristía, lectores, ministros que acogen… y de esta manera se apoya su crecimiento en la fe. Actualmente se está desarrollando también un trabajo con jóvenes, que normalmente no ha sido un campo fácil. Se está configurando un grupo que se reúne los sábados, con la esperanza de crear un ministerio.

Lejos de cualquier lectura esotérica, esta breve aproximación al centro de peregrinación de santa Marta no se reduce a una “única” realidad religiosa de grandes multitudes. Aparecen otros escenarios ligados con lo social, lo cultural y el crecimiento en la fe. Tal vez las devociones populares no sean otra cosa que la manifestación de los diferentes colores e hilos que se tejen en la religiosidad de nuestro pueblo, a pesar de las tendencias a caer en el “milagrito” y en lo “mágico”. Santa Marta también cambia vidas desde el corazón, no sólo por medio del “kit” de quienes sacan buen partido de las búsquedas y los sufrimientos ajenos. Resumiendo, santa Marta transforma realidades, construye comunidades y se proyecta a la sociedad bogotana, ¡más allá del esoterismo! VNC

Texto y Fotos: José A. González Barraza, S.C.

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