Contemplativos, pulmón de la Iglesia

religiosos contemplativos en oración

La Jornada Pro Orantibus 2012 se celebra el domingo 3 de junio

religiosos contemplativos en oración

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Es competencia de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada (VC) organizar y preparar dos de las jornadas anuales más significativas para la Vida Religiosa (VR): la Jornada de Vida Consagrada (2 de febrero) y el día Pro Orantibus, que este año coincide con el 3 de junio.

Por ello, ha sido su presidente, Vicente Jiménez Zamora, obispo de Santander, quien ha dado a conocer a los medios el lema de este año: “Contempladlo y quedaréis radiantes” (Sal 34, 6) La contemplación, luz de la nueva evangelización. Un lema no solo audaz sino muy actual, en conexión con una de las más hondas preocupaciones de la Iglesia universal en este año 2012: la nueva evangelización, que tendrá un momento cumbre en la celebración en octubre de un Sínodo general ordinario dedicado precisamente al tema.

Y es que ya en los Lineamenta del Sínodo se dedicaba un amplio espacio al papel que corresponde a la VC en las tareas de la nueva evangelización, no solo a los religiosos misioneros o a los que están en la frontera, en la sanidad o la enseñanza, sino también a los contemplativos.

“Los contemplativos –dice Jiménez Zamora– evangelizan con lo que son, más que con lo que hacen. Su propia vocación y consagración son ya instrumento de evangelización. Lo más esencial de la nueva evangelización de los monjes y monjas es mostrar a los demás la belleza de la misma contemplación. La personas contemplativas nos ayudan a experimentar el misterio insondable de Dios, que es amor; el contemplativo puede exclamar: ‘Que bien sé yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche’ (san Juan de la Cruz)”.

Tampoco conviene olvidar los objetivos de esta jornada, para que no pase inadvertida, en una simple y breve alusión, de las muchas que hay todos los domingos, en las homilías o en las preces de las parroquias. Se trata de “orar a favor de los consagrados y consagradas en la vida contemplativa”, de “dar a conocer esta vocación específica” y, sobre todo, “promover con iniciativas pastorales la vida de oración y la dimensión contemplativa de la Iglesia en general”.

Y es que, como decía, E. W. Trueman Dicken “el problema pastoral más urgente de nuestro tiempo es cómo enseñar a orara nuestro pueblo”. Pero el peligro de todas las jornanas anuales –¡hay tantas!– es que se reduzcan a un solo día.

Cartel para la Jornada Pro Orantibus 2012

Cartel para la Jornada Pro Orantibus 2012

Importante labor

Por ello, para esta jornada Pro Orantibus en concreto, no está de más recordar todas las acciones que, a lo largo del año, se están haciendo para dar a conocer a la Iglesia y a la sociedad la labor, pero también la identidad, de las comunidades contemplativas.

Ha sido, por ejemplo, un acierto el tema elegido este año para la exposición de Las Edades del Hombre: Monacatus, que acaba de ser inaugurada en Oña (Burgos): transmitir a través de los sentidos las vivencias de la VC.

El éxito de películas como El gran silencio o De dioses y hombres, o la creación de páginas web como declausura.com. Jornadas y congresos como los organizados por el Centro Internacional Teresiano-Sanjuanista de Ávila sobre la mística o la contemplación y tantas otras iniciativas de monasterios y conventos masculinos y femeninos, demuestran la vitalidad de este pulmón esencial de la Iglesia, sin el que seguramente esta acabaría aquejada de alguna complicación respiratoria seria. Es más, la vida contemplativa es como esa bocanada de aire fresco que necesita la Iglesia en estos momentos de zozobra, cuando no de crisis, según el juicio más severo de algunos.

“El mundo de hoy necesita personas que hablen a Dios para poder hablar de Dios (…). Solo a través de hombres y mujeres modelados por la presencia de Dios, la Palabra de Dios continuará su camino en el mundo dando sus frutos”, decía Benedicto XVI hablando precisamente de los nuevos evangelizadores para una nueva evangelización.

LEVADURA

Se habla mucho estos días de la acción social de la Iglesia, de sus instituciones de caridad y de asistencia a los pobres, pero ¿por qué no testimoniar también esa otra dimensión espiritual de su misión? ¿Por qué no reivindicar el valor de la oración? El ejemplo de tantos monjes y monjas que viven con sencillez y pobreza gritando al mundo el valor de lo esencial, que se resumen en la frase de santa Teresa de Jesús: Solo Dios basta.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.803 de Vida Nueva.

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