El Atrio de los Gentiles de Barcelona: la Belleza como camino de trascendencia

La edición catalana de la iniciativa destaca por su alto nivel cultural y musical

Atrio de los Gentiles en Barcelona mayo 2012

La Sagrada Familia, escenario de la clausura

JORDI LLISTERRI. BARCELONA | “El conocimiento de los átomos no nos tiene que alejar de la religiosidad”. Así concluía el rector de la Universidad de Barcelona, Dídac Ramírez, una de las tres sesiones de diálogo académico del Atrio de los Gentiles que se celebró los días 17 y 18 de mayo en Barcelona.

Una edición que ha estado marcada por un alto nivel académico y la preeminencia del contenido intelectual de las sesiones, con aforo reducido y acceso mediante invitación. El contrapunto fue la clausura, más popular, con 5.000 personas en la Sagrada Familia.

Arte, belleza y trascendencia fue el eje del debate de esta edición, en la que participaron unos 30 artistas y pensadores. Un encuentro que inauguraron el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, y el conseller de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell.

Una de las opciones más valoradas fue la ubicación de los debates en tres instituciones culturales de referencia de Barcelona: el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), la Universitat de Barcelona, y el Institut d’Estudis Catalans (IEC).

Atrio de los Gentiles en Barcelona mayo 2012 cardenal Sistach y Ravasi

En el centro, los cardenales Sistach y Ravasi

“Que se decida hacer un debate de alto nivel en la academia de las ciencias de Cataluña hay que agradecérselo al Vaticano”, dijo el presidente de IEC. El sociólogo Salvador Giner se congratuló de “dejar atrás tensiones que sumaban cero pensando que el avance de las ciencias significaba el descenso de las creencias. Lo digo desde convicciones racionalistas”.

Arte y religión

Buena parte de las intervenciones pusieron de relieve los puntos de encuentro entre la experiencia artística y la religiosa. Por ejemplo, el dramaturgo Lluís Pascual –que agradeció la “profunda apertura” del encuentro– destacó cómo la Iglesia y el mundo teatral “compartimos una fe casi curativa en la palabra y los dos ponemos encima de la mesa problemas que van más allá de visión inmediata”.

Francesc Torralba, de la Universidad Ramon Llull, o Alessandro Zuccari, de la Sapienza de Roma, coincidieron en remarcar el poder de la creación artística para llenar de sentido la existencia y, a la vez, exponer el sufrimiento, la insatisfacción o la injusticia. También se debatió la “insatisfacción” –según Ravasi– que produce el arte contemporáneo y el alejamiento del misterio de las creaciones actuales.

Otro tema común en las sesiones fue la relación entre creencia y agnosticismo. La escritora Carme Riera, miembro de la RAE, se confesó “no creyente pero envidiosa de los que tiene fe y pueden dar testimonio de ella”.

Por su parte, el filósofo Rafael Argullol defendió que “lo que diferencia al ser humano no es el hecho de creer o no creer, sino lo que se cree. Todos somos fiduiciarios”. En este sentido, el cardenal Ravasi también comentó la dificultad de encontrar un término adecuado para designar a los “gentiles” que no se defina desde la negación.

En el nº 2.802 de Vida Nueva. La Belleza como camino de trascendencia, íntegro solo para suscriptores

 

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