‘Profesor Lazhar’: una clase magistral

Profesor Lazhar fotograma de la película

Profesor Lazhar fotograma de la película

J. L. CELADA | De Argel la blanca a la verde Montreal (eso sí, cubierta de nieve), Bachir Lazhar emprende un viaje sin papeles al exilio dispuesto a pedir asilo en Canadá, antaño tierra de promisión para tanta gente que huía de dictaduras y amenazas varias.

El doloroso secreto que guarda consigo le ha empujado hasta allí, y ahora se postula como sustituto de una profesora fallecida en trágicas circunstancias. Convertido ya en el Profesor Lazhar del título, iremos descubriendo todo ese misterio que envuelve su vida anterior y los pormenores del desafío pedagógico que tiene ante sí.

Inmigración y educación constituyen, pues, los dos pilares sobre los que se asienta este instructivo trabajo de Philippe Falardeau, una historia que va dejando por el camino valiosas enseñanzas acerca de cómo acompañar a los más pequeños en su elaboración del duelo tras una experiencia traumática.

También lúcidos apuntes en torno a la integración –escolar y social– o la violencia –psicológica y política–, amén de oportunas reflexiones al hilo de la tolerancia y la justicia en un mundo donde parece que todo vale.Profesor Lazhar fotograma de la película

El director canadiense transforma las aulas y el patio de un colegio en sucursal y metáfora del conjunto de la sociedad, con sus contrastes, contradicciones y carencias: las que comparten las familias y el equipo docente, y las que arrastra cada individuo con independencia de roles o edades. Y erige a su protagonista (Mohamed Fellag) en juez y parte, maestro y discípulo, de una realidad que impone sus leyes, pero a la que niños y adultos desean abrirse como crisálidas a punto de emprender su primer vuelo.

Aunque con gramáticas diferentes –no solo por lo que respecta a la sintaxis–, nuestro Profesor Lazhar y sus alumnos aprenden juntos a pasar página a base de esa complicidad que se establece entre quienes sufren en silencio las heridas abiertas de un mal recuerdo. Poco importa que sea pasado o reciente; lo único que cuenta es lo mucho que uno y otros amaron a sus muertos. Una capacidad que todos ellos irán alimentando en clase.

Aun cuando el contacto con los chavales –en forma de castigo o de cualquier muestra de afecto– sea con frecuencia objeto de debate y de polémica: posibles casos de abusos, bullying

Con la sencillez propia de aquellos dictados infantiles, Falardeau echa mano de la ternura y unas necesarias gotas de humor para reconstruir el drama de sus personajes desde el punto de vista del Profesor Lazhar, un hombre cuyo compromiso con la vida a través de las futuras generaciones abre luminosos ventanales a la primavera después del frío invierno.

Como abiertas quedan las principales tramas de esta hermosa película, que se cierra con un caluroso abrazo. ¿De cariño?, ¿de respeto?, ¿de reconocimiento?… De todo hay. También entre los sentimientos que suscitan tan inteligente ejercicio de honestidad y las magistrales lecciones que encierra.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Monsieur Lazhar.

DIRECCIÓN: Philippe Falardeau.

GUIÓN: Philippe Falardeau, sobre la obra teatral de Evelyne de la Chenelière.

FOTOGRAFÍA: Ronald Plante.

MÚSICA: Martin Léon.

PRODUCCIÓN: Luc Déry y Kim McCraw.

INTÉRPRETES: Mohamed Fellag, Sophie Nélisse, Émilien Néron, Danielle Proulx, Brigitte Poupart, Louis Champagne, Jules Philip, Francine Ruel.

En el nº 2.802 de Vida Nueva.

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