Desciende el número de católicos en Portugal

Portugal un hombre recibe la comunión

Un estudio sobre identidades religiosas revela también el aumento de evangélicos y no creyentes

Portugal un hombre recibe la comunión

ANTÓNIO MARUJO. LISBOA | Por primera vez en 12 años, el número de católicos en Portugal se sitúa por debajo del 80%: concretamente, entre 1999 y 2011, descendió del 86,9% al 79,5%.

Sin embargo, casi la mitad (un 45,7%) de los mayores de 15 años admite que todavía asiste a misa con regularidad (al menos una vez al mes). Al mismo tiempo, durante ese período se produjo un aumento del número de protestantes, Testigos de Jehová, “creyentes sin religión” y no creyentes.

Estos son algunos de los datos de la encuesta más importante sobre religiosidad realizada en el país durante la última década: Identidades religiosas en Portugal. Representaciones, valores y prácticas, obra del Centro para el Estudio de las Religiones y Culturas (CERC), de la Universidad Católica Portuguesa.

El sondeo revela también que es en la región de Lisboa donde se manifiesta la mayor diversidad de puntos de vista religiosos; o que el 60% de los encuestados suele “rezar o dirigirse a Dios o cualquier otra entidad sobrenatural” a diario (33%) o solo algunas veces por semana (26,7%).

Una de las conclusiones del estudio remite a la reconfiguración de la afiliación religiosa en Portugal: “Se puede observar una disminución relativa de la población que se declara católica y un aumento en el porcentaje de otras afiliaciones religiosas, con un enfoque particular en el universo protestante (incluyendo los evangélicos)”, constata desde el CERC Alfredo Teixeira, coordinador de la encuesta.

Entre la población que se identifica con una posición religiosa, el crecimiento más rápido lo protagonizaron los protestantes y evangélicos (del 0,3% al 2,8%), y los que se definen como “creyentes sin religión”. Por su parte, los Testigos de Jehová han pasado del 1% al 1,5% , y los creyentes no cristianos (musulmanes, judíos, hinduistas, budistas…), del 0,2% al 0,8%.

Preguntados sobre la práctica religiosa, el 31,7% de los encuestados reconoció asistir a misa al menos una vez a la semana. Si a este porcentaje se le suma el 14% que dice acudir al menos una o dos veces al mes, el total de portugueses que participa regularmente en la eucaristía se situaría en el 45,7%. Aunque el coordinador del sondeo relativiza la cifra: en estudios como este, la gente tiende a contestar lo ideal, y no la realidad. Pese a todo, aún se hablaría de un 40% que practica con regularidad.

Si se cruzan estos datos con las razones esgrimidas para no practicar, se concluye que el 35,4% de los encuestados respondió con un “no tengo tiempo”, el 33,3% dice que se puede tener fe sin práctica religiosa, y el 23% lo achaca a “negligencia o descuido”.

La encuesta da un paso adelante, dejando de hablar ya de católicos “no practicantes”. Así, utiliza las categorías de católicos “nominales” (no van a misa), “ocasionales” (rara vez o, al menos, una vez al año) e “irregulares” (una vez al mes). También contempla los “practicantes regulares” (una o dos veces al mes), los católicos “practicantes” (una vez a la semana) y los católicos “militantes” (además de la práctica religiosa, desarrollan actividades en una parroquia o movimiento).

La autonomía que refleja el estudio “no implica una ruptura con la tradición religiosa, que ha sido socializada”, dice Teixeira. Por otra parte, solo el 12,5% achaca su alejamiento de la práctica al “mal ejemplo” de los practicantes, y apenas el 2,5% admite estar en situación irregular por infringir las reglas de su Iglesia o comunidad religiosa. Por el contrario, las razones más importantes que aducen para considerarse practicantes son la educación y tradición familiares (74,9%) y la creencia o la fe personal (60,3%).

Un reto para la Iglesia

Los principales resultados del estudio fueron presentados durante la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), celebrada en Fátima del 16 al 19 de abril. Su portavoz, el jesuita Manuel Morujão, ha señalado que la pérdida de católicos “es un reto para la Iglesia”.

“A todos nos gustaría ver crecer los números”, ha admitido; aunque defiende que “la cantidad no es fundamental. Lo más importante es la calidad”. El propio portavoz sostiene que hoy es católico “quien lo desea”, y que ya no hay “presiones familiares o sociopolíticas”, dado que hay “mayor libertad”.

El patriarca de Lisboa y presidente de la CEP, el cardenal José Policarpo, por su parte, relativizó ese descenso en el número de católicos, pero consideró que los datos de la encuesta plantean varios retos a la Iglesia. Y anunció que el Episcopado los analizará más en profundidad en próximas asambleas.

En el nº 2.800 de Vida Nueva.

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