Un libro de Jacqueline Kelen (PPC, 2012). La recensión es de Dolores Aleixandre, rscj.
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Las mujeres de la Biblia
Autora: Jacqueline Kelen
Editorial: PPC, 2012
Ciudad: Madrid
Páginas: 208
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DOLORES ALEIXANDRE, RSCJ | “Todas las tardes, cuando bajaba el calor, Rebeca, con un cántaro al hombro, iba al pozo del pueblo como las demás hijas de Najor. ¿Tuvo un presentimiento aquella tarde?” (p. 80). “Todos los habitantes de Betulia, ciudad fortificada de Samaria, miraban desde lo alto de las murallas cómo dos mujeres se alejaban a la puesta de sol…” (p. 117).
Son dos ejemplos de cómo empieza sus relatos sobre mujeres de la Biblia Jacqueline Kelen, que no es teóloga, ni biblista, ni profesora, ni especialmente “feminista”: es diplomada en Clásicas y productora en la Radio France Culture. Ha escrito unos 30 libros, muchos de ellos en torno a grandes mitos de la humanidad y, en 2002, recibió el premio de espiritualidad ‘Alef’.
Escribe sin pretensiones de rigor teológico ni especial perspectiva de género, pero sabe narrar, y narrar bien, sencillamente a partir de lo que la lectura de los textos le ha sugerido. Tiene un estilo ágil, ameno y en ocasiones poético, que recuerda el género midrásico.
Agrupa a las mujeres (todas del Antiguo Testamento, 40 en total) en ocho secciones con nombres sugerentes: “Las seductoras y prostitutas”; “Las demasiado hermosas”; “Las vírgenes”; “Las esposas: las buenas, las malas y las demás”; “Las viudas”; “Las temibles y las rebeldes”; “Las inspiradas y las profetisas”; y “Las misteriosas, a las que no se puede encontrar”.
Varios aciertos del libro que merece la pena señalar: los comienzos de cada capítulo dedicado a una mujer que, al tomar como punto de partida un detalle peculiar del relato, suscitan la curiosidad y el deseo de seguir leyendo. Las “chispas intuitivas” con las que concluye cada narración y subrayan la mirada de la autora; en la de Betsabé, por ejemplo: “David sonrió. Dios y él estaban de nuevo en pie de igualdad. Ojo por ojo, diente por diente y felicidad por felicidad”.
Otras veces dejan al lector en cierto suspense; en Sara y Agar: “El amor conyugal había vencido. A no ser que fuera la autoridad de la primera esposa”; en Lía y Raquel: “No se nos dice si Jacob no escapaba a veces para encontrar la sombra de su amante, de Raquel, en el camino de Belén”; de Judit: “Su figura está presente en los naipes de juego, aunque Holofernes aún no se ha repuesto de su abrazo, la Dama de corazones”.
El índice final con nombres de mujeres resulta también muy práctico. Un buen libro de fácil lectura para iniciarse en el conocimiento de las mujeres bíblicas y disfrutar con ello.
En el nº 2.800 de Vida Nueva.
