El Vaticano celebra los siete años de Benedicto XVI

globos en el Vaticano en abril de 2012

Los lefebvristas esperan la opinión del Papa sobre su repuesta al Preámbulo doctrinal

globos en el Vaticano en abril de 2012

ANTONIO PELAYO. ROMA | El séptimo aniversario de la elección de Joseph Ratzinger como sucesor del apóstol Pedro no ha motivado en el Vaticano grandes celebraciones. Se ve que los papas, al menos este, acostumbrados a medir la historia en siglos, no le dan demasiada importancia al paso de los años. [Editorial: Siete años con Benedicto XVI]

Dicho esto, el 19 y el 24 de abril –en los que se conmemoraba el nombramiento de Benedicto XVI y el inicio de su ministerio como Supremo Pastor de la Iglesia universal– no fueron jornadas del todo normales en la Ciudad Eterna. La primera fue día festivo para los trabajadores y colaboradores de la Sede Apostólica, y la segunda, el Pontífice la reservó a su entorno más privado, principalmente a su hermano Georg y a su secretario, monseñor Gänswein.

En nuestra anterior crónica ya informamos de la fiesta bávara con la que el 16 de abril se celebraron los 85 años del Pontífice. El 18 por la tarde, el presidente del Consejo de Ministros, Mario Monti, realizó una visita privada al Papa para testimoniarle su afecto personal y el del pueblo italiano.

Este quedó igualmente de manifiesto en la recepción que ese mismo día tuvo lugar en la Nunciatura Apostólica en Italia, a la que acudieron, además del presidente, numerosos ministros de su Gobierno y representantes de las más altas magistraturas del Estado italiano.

Como ya es habitual en este Pontificado, la música sinfónica se hizo expresión del respeto que circunda al Papa. El viernes 20 tuvo lugar en el Aula Pablo VI un espléndido concierto a cargo de la antiquísima orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, que interpretó la sinfonía-cantata Lobgesang, de Mendelssohn, bajo la dirección del maestro Riccardo Chailly, con la participación de dos nutridos coros llegados de Alemania. Concierto patrocinado por el Estado libre de Sajonia, cuyo presidente, Stanislaw Tillich, fue recibido esa mañana en audiencia privada.

Al final del concierto, el Papa manifestó su satisfacción y agradecimiento por el “precioso regalo que me habéis hecho con ocasión de mi cumpleaños, así como a todos los presentes”, y añadió: “El arte como alabanza a Dios, belleza suprema, está en la base de las composiciones de Mendelssohn, y esto no solo por lo que se refiere a la música litúrgica o sagrada, sino a toda su producción”.

Benedicto XVI en el concierto por su 85 cumpleaños

El Papa agradece el concierto que se dio en su 85º cumpleaños

Después de recordar la afirmación del gran compositor: “El arte y la vida no son dos cosas distintas, sino una sola realidad”, Benedicto XVI reconoció que el concierto había sido para él ocasión privilegiada “para agradecer a Dios una vez más y de modo especial los años de vida y de ministerio”.

Otro regalo ha sido Joseph Ratzinger, teólogo y pontífice, volumen publicado el 24 de abril por L’Osservatore Romano y el periódico económico italiano por excelencia, Il Sole 24 ore. Según el director del diario vaticano, se trata de una contribución “al conocimiento de la figura y de las obras de un intelectual que ha dedicado y dedica su vida a la búsqueda inexhausta e inagotable de la verdad, en un diálogo continuo entre fe y razón, con un lenguaje que quiere llegar a todos”.

El opúsculo, de 90 páginas, contiene tres ensayos de los periodistas Giuliano Ferrara y Armando Massarenti, la historiadora Lucetta Scaraffia y el citado Giovanni Maria Vian.

Lefebvristas, un paso “alentador”

Estas festividades no han desviado la atención de los observadores vaticanos, que siguen pendientes de conocer el juicio que ha merecido al Papa y a la Congregación para la Doctrina de la Fe el nuevo escrito con el que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X manifiesta su posición definitiva sobre el Preámbulo doctrinal, cuya aceptación es para la Santa Sede conditio sine qua non para ulteriores decisiones.

Hasta ahora, el único comentario oficioso es el del P. Lombardi, que aseguró que se trataba de un documento “sensiblemente diverso” al anterior y que había que interpretar como “un nuevo paso adelante y un hecho alentador”.

A pesar del tupido velo de silencio –comprensible, por otra parte, dada la delicadeza del tema–, algunos comentaristas se inclinan por considerar este documento de Bernard Fellay como el paso definitivo para evitar el cisma.

“El retorno a la comunión con Roma –escribe en el Corriere della Sera Luigi Accatoli– podría provocar la separación de la franja intransigente que ha considerado ‘escandalosa’ la beatificación del Papa Wojtyla y la convocatoria de la Jornada de Asís del pasado mes de octubre”. El retraso de la respuesta romana podría estar motivado por la necesidad de consultar antes a los episcopados más implicados, el francés en particular, que ya en su día manifestaron su perplejidad ante la ausencia de comunicación por parte de Roma.

Comisión sobre la Iglesia China

Discreción igual, sino mayor, por parte vaticana en torno a la reunión de la comisión constituida por el Papa en el 2007 “para estudiar las cuestiones de mayor importancia relativas a la vida de la Iglesia en China”. La comisión se ha reunido del 23 al 25 de abril, y al cierre de esta crónica no ha habido notificación, salvo el comunicado en el que se afirmaba que el tema a tratar era “la formación de los fieles laicos a la luz de la situación de la comunidad católica en China y en el marco del Año de la fe”.

John Tong Hon, cardenal de Hong Kong

El cardenal John Tong Hon

Es la quinta vez que dicha comisión se reúne y de ella solo se sabe que está compuesta por “los superiores de los dicasterios de la Curia romana que son competentes en la materia y algunos representantes del Episcopado chino y de las congregaciones religiosas”. Es posible que, como resultado de su reunión, hagan público, como ya sucedió el año pasado, un mensaje a los católicos chinos.

No se sabe, por ejemplo, si ha participado en la reunión el recién nombrado cardenal John Tong Hon, obispo de Hong Kong.

En unas declaraciones a la revista 30 Giorni, el purpurado afirma: “No hay que fijarse en un solo punto ni revisar todas y cada una de las decisiones ni pretender que cada gesto u opción tomada por los miembros de la Iglesia en China sean perfectos en todo instante o situación. ¡Somos seres humanos, seres humanos! Todos nos equivocamos muchas veces a lo largo del camino. Pero también es posible el perdón. Si, por el contrario, cada error es aislado y se convierte en motivo de condena sin apelación, ¿quién puede salvarse? Solo a largo plazo se ve si un sacerdote o un obispo tienen buenos propósitos en su corazón. Se ve si lo que hacen lo hacen, con todos sus errores, por amor a Dios, a la Iglesia y al pueblo. Esto es lo importante: que las personas perseveran en la fe porque están movidas por el amor a Jesús incluso en las situaciones difíciles. Al final todos lo verán, y ciertamente lo ve Dios, que escruta el corazón de cada uno de nosotros”.

Del 16 al 20 de abril se ha reunido en Roma la Pontificia Comisión Bíblica, presidida por el cardenal William J. Levada, y de la que también forma parte el agustino Prosper Grech, nombrado cardenal en el último consistorio.

El tema de discusión ha sido Inspiración y verdad en la Biblia, tema que el Papa, como ha escrito en su mensaje a los reunidos, considera fundamental, porque “una interpretación de los textos sagrados que se despreocupa u olvida la inspiración no tiene en cuenta su característica más importante y preciosa, es decir, su proveniencia de Dios”.

No al turismo sexual

En estos días finales de abril, se celebra en Cancún el VII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo, a cuyos participantes ha dirigido Benedicto XVI un mensaje.

“El turismo sexual –asegura– es una de las formas más abyectas de estas desviaciones que devastan, desde el punto de vista moral, psicológico y sanitario, la vida de las personas, de tantas familias y a veces de comunidades enteras. La trata de seres humanos por motivos sexuales o para transplantes de órganos, así como la explotación de menores, su abandono en manos de personas sin escrúpulos, el abuso, la tortura, se producen tristemente en muchos contextos turísticos”.

En el nº 2.798 de Vida Nueva.

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