Jesús García Burillo: “La colaboración con la Administración es buena, pero siempre mejorable”

obispo Jesús García Burillo Ávila 450 fundacion Museo Teresiano del Convento San José

Obispo de Ávila y presidente de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural

obispo Jesús García Burillo Ávila 450 fundacion Museo Teresiano del Convento San José

El obispo García Burillo, en la presentación del 450º aniversario de la fundación del Convento de San José, en Ávila

FAUSTINO CATALINA | El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, es también el presidente de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural de la CEE. Asegura que gracias al cuidado de la Iglesia, los párrocos y las comunidades cristianas, el “ingente y valioso” patrimonio eclesial en España “permanece vivo y en pleno uso”.

– ¿Cuál es el estado actual de conservación del patrimonio eclesial?

– Este patrimonio de la Iglesia en España es ingente y en algunas Comunidades, como la de Castilla y León, puede alcanzar el 80 % del patrimonio cultural global. Esto equivale a una masa de bienes de gran valor artístico, histórico y, ante todo, religioso. Es la manifestación de la fe católica de generaciones creyentes durante siglos. La Iglesia ha producido, conservado y expuesto este patrimonio con toda dignidad, esplendor y belleza, y lo sigue conservando en la actualidad. Más aún, gracias a su cuidado, por parte de los párrocos y de las comunidades cristianas, permanece vivo y en pleno uso un patrimonio tan valioso, fiel al fin para el que se creó.

– ¿Cuál es la colaboración de las distintas Administraciones públicas?

– La sociedad en general, y la Administración pública de modo particular, han tomado conciencia del gran valor que tiene el patrimonio histórico cultural por muchas razones, incluida la de la identidad y de la memoria histórica de un pueblo. Un ejemplo, con repercusión también económica, es el interés que el turismo ha tomado por visitar los lugares donde existe un patrimonio cultural de valor. La Administración pública, por consiguiente, colabora con la Iglesia en el mantenimiento de los bienes, aunque la situación económica actual ha paralizado la ejecución de muchos de estos convenios, no por falta de interés, sino de recursos. En general, la colaboración entre la Administración pública y las Iglesias particulares en esta materia es buena. Naturalmente, siempre mejorable.

“La situación económica actual
ha paralizado la ejecución de
muchos convenios con las administraciones públicas,
no por falta de interés, sino de recursos”.

– ¿En que momento se encuentra el inventariado de los bienes eclesiásticos y su inmatriculación en los Registros de la Propiedad?

– Somos conscientes de que la identidad, la valoración y la seguridad de los bienes eclesiásticos empieza por su catalogación e inventariado, tarea que en muchas diócesis está muy adelantada. Los delegados diocesanos vienen ejerciendo un trabajo encomiable, son expertos en la materia y demuestran cada día su celo por la conservación. A él hay que unir el interés de personas sencillas, especialmente en el mundo rural, que colaboran con todo entusiasmo en la conservación de los bienes de la Iglesia.

Suficientes medidas de seguridad

– ¿Han aumentado robos con la crisis? ¿Hay suficientes medidas de seguridad?

– Cuando los robos afectan a imágenes de gran devoción popular, como ha ocurrido recientemente en Segovia con la corona de la Virgen de la Fuencisla, la reacción popular es muy grande y los medios de comunicación social también se interesan en gran medida. Pero tengo que decir que el patrimonio de la Iglesia está suficientemente asegurado. Gracias a las personas responsables que los custodian y a los medios que se utilizan: llaves, cerraduras adecuadas, alarmas en los lugares de mayor valor… Evidentemente, contra los expertos en apropiación de lo ajeno, nadie está seguro. En la actualidad, entre los acuerdos con las Administraciones regionales está la instalación de alarmas en edificios que albergan bienes valiosos, y algunos templos, no muchos, han contratado personal de seguridad. Por otra parte, las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado colaboran muy eficazmente con las diócesis en caso de robos.

– ¿Cómo se puede potenciar la dimensión evangelizadora de este patrimonio?

– Todos los bienes eclesiásticos están al servicio de la Nueva Evangelización en la que está embarcada la Iglesia universal en estos momentos, y que concede una gran importancia a la belleza como camino para llegar a Dios. Este patrimonio artístico es una catequesis permanente para quien lo contempla. Hay muchas personas indiferentes en materia religiosa que visitan nuestras catedrales, iglesias, museos, exposiciones, atraídos por la belleza de las imágenes, de los retablos, de los libros, de la orfebrería. Las Edades del Hombre viene siendo un ejemplo desde hace años. Y la inauguración de la Sagrada Familia en Barcelona ha cautivado al mundo entero por su atractivo estético, que nos lleva a descubrir el misterio que encierra un arquitectura espléndida, perfecta. El Papa lo destacó y todos quedamos asombrados por tal belleza. Para ayudarnos a descubrir el sentido profundo del arte religioso, hacen falta buenos guías, conocedores del arte y conocedores de la fe que ha engendrado este arte. La homilía del Papa en Barcelona es un buen modelo de explicación artística y catequética para los guías. Ese es el camino.

En el nº 2.796 de Vida Nueva.

 

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