La Iglesia boliviana denuncia el maltrato medioambiental

deforestación en el Amazonas

Una esperada pastoral del Episcopado critica la contaminación, la deforestación o las plantaciones ilegales de coca

deforestación en el Amazonas

La deforestación provoca un peligroso aumento de temperaturas

RONALD GREBE. LA PAZ | La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) identifica la deforestación, las plantaciones excedentarias e ilegales de coca y las actividades hidrocarburíferas y mineras en áreas protegidas, como las principales causas de la destrucción del medio ambiente.

Así lo ha expresado con la publicación de la carta pastoral El universo, don de Dios para la vida, donde plantea una mirada crítica al modelo global de consumo y la depredación de recursos naturales y del hábitat.

Presentada el pasado 22 de marzo, en Cochabamba, por el vicepresidente de la CEB, Jesús Pérez, y el obispo de El Alto, Jesús Juárez, su denuncia es contundente: “Hoy, la vida en nuestro planeta está amenazada por una creciente contaminación del aire, del agua y de la tierra, por la sobreexplotación de las actividades humanas, especialmente extractivas, industriales y de transporte, que ponen en peligro las bases naturales indispensables para la supervivencia de la humanidad en su conjunto”.

Pérez afirmó que la carta pastoral es una invocación que apunta a los cambios de estilos de vida para asumir acciones concretas de preservación del cuidado de la tierra, así como para evitar el consumo de elementos nocivos que tanto contribuyen al calentamiento global.

Por su parte, Jesús Juárez explicó que las consecuencias del efecto invernadero en Bolivia se traducen en la reducción de la tierra apta para la producción; un problema que se agudiza en los valles, debido a la erosión.

Además, las plantaciones ilegales de coca afectan a parques nacionales y reservas de Santa Cruz y Beni, siendo sus bosques devastados, lo que origina, en consecuencia, un aumento de temperatura que pone en riesgo la seguridad alimentaria para el país.

El arzobispo de Cochabamba, el salesiano Tito Solari, también presente en el acto, agregó que una de las principales preocupaciones es que los cultivos de coca ilegal se destinan al narcotráfico, actividad que destruye a las familias además de al medio ambiente. En este sentido, el prelado recordó que Bolivia es uno de los principales productores de hojas de coca en el mundo.

Sobre el potencial que tiene el país en cuanto a energía alternativa, el documento indica que hay que investigar más las posibilidades para el uso de estas energías y para fomentar su implementación.

La carta pastoral, además de denuncia, también contempla recomendaciones para el cuidado del medio ambiente: implementar un tratamiento adecuado de los residuos sólidos y evitar la contaminación del entorno; cuidar y usar con discreción el agua; plantar y cuidar árboles y flores en casas, vecindarios, colegios y otros ambientes; ahorrar y hacer uso responsable de todas las fuentes de energía; priorizar el consumo de alimentos y productos ecológicos; y concienciar en la familia, en la comunidad educativa y en el trabajo sobre la necesidad de cambiar el estilo de vida.

Críticas del Gobierno

Pese a que el mensaje episcopal es ante todo propositivo –“reconocemos y apreciamos que la Tierra es una creatura de Dios, a la que, como san Francisco, podemos llamar ‘hermana madre tierra’ y a la cual siempre hemos de tratar, cuidar y proteger con sumo respeto”–, el vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, no tardó en responder con duras críticas a la Iglesia.

Así, recomendó a los obispos dejar a los mortales los temas terrenales y carnales, y a las Iglesias, ocuparse del espíritu.

Es posible que al representante del Gobierno le haya molestado el consejo de los prelados acerca de los megaproyectos de represas en afluentes del río Amazonas. Y es que, si bien estos reconocen los beneficios económicos que pueden reportar, advierten de que también pueden ser factores de desequilibrio ecológico, por lo que solicitan que deben “someterse a estudios objetivos de impacto ambiental”.

Finalmente, Jesús Juárez apostó por la implicación eclesial, desde la acción concreta, en esta causa: “Nos comprometemos a crear en cada una de nuestras jurisdicciones eclesiales una comisión de protección de la Creación para acompañar a parroquias, comunidades, movimientos apostólicos y grupos en su labor en favor de la naturaleza con medidas de protección del medio ambiente”.

En el nº 2.795 de Vida Nueva.

Compartir