Directivos de la UCESM (2008)
J. L. CELADA | La Unión de Conferencias Europeas de Superiores y Superioras Mayores (UCESM) ha recordado a sus miembros que, “en un mundo sufriente, nuestras congregraciones e institutos son llamados a ser lugares de solidaridad y de confianza, donde varias generaciones de hermanos y hermanas se sienten corresponsables del presente y del futuro”.
Así lo pone de manifiesto en el mensaje dado a conocer al término de su 15ª Asamblea General, celebrada en Lourdes entre el 19 y el 25 de marzo.
Bajo el lema Religiosos y religiosas en Europa: la vida como vocación, responsables de hasta 27 países se reunieron en tierras francesas para reflexionar sobre el dinamismo profundo de toda vida humana: la respuesta a una Llamada y una antropología centrada en el misterio del Hombre y el misterio de Dios. Aspectos ambos que implican “un llamamiento a vivir en comunión fraterna y en solidaridad con los otros”.
Tomando como referencia los temas de las tres asambleas precedentes (La vida espiritual frente a los desafíos europeos, La vida comunitaria y su contribución a Europa y La esperanza como misión), los participantes siguieron el itinerario de Bernadette Soubirous, el de “una vida que es respuesta a una Palabra”.
“Su itinerario humano y espiritual –se señala desde la UCESM– nos recuerda que la vida es un camino de crecimiento, con alegrías, pruebas y acontecimientos inesperados que pueden abrir nuevos horizontes”.
Las religiosas y religiosos del Viejo Continente proponen, asimismo, la vocación del profeta Jeremías como “inspiradora para nuestra Vida Consagrada en la Europa de nuestros días”. Y, como él, se sienten llamados a “hacer que el amor perdure”.
Si bien los consagrados son conscientes de que existe una crisis de fe y de vocaciones, no por ello pierden el ánimo, porque “tenemos muchos dones que compartir con el pueblo de Europa”.
En “un mundo necesitado del amor de Dios” (personas a las que restituir su dignidad, lavar los pies o saciar su sed), el mensaje concluye reconociendo cómo trabaja el Espíritu en los corazones, lo que a los delegados de la UCESM les hace ver “nuevos horizontes que nos inspiran a continuar nuestra peregrinación de fe, rumbo a una Nueva Evangelización, codo con codo con Dios y con todas las personas de buena voluntad”.
En el nº 2.795 de Vida Nueva.
