Gustavo Martín Garzo: “María podría ser la protagonista de un cuento de hadas”

libro Y que se duerma el mar, Gustavo Martín Garzo

El novelista publica ‘Y que se duerma el mar’, una narración de la infancia de la Virgen

Gustavo Martín Garzo, escritor, novelista

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ  | Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) obtuvo en 1994 el Premio Nacional de Narrativa por El lenguaje de las fuentes. Aquella novela ponía en escena a la Virgen María y su esposo, José, quien relataba, desde un punto de vista insólito, su emoción ante el nacimiento de Jesús. Casi 20 años y otras tantas novelas después, consolidado como un referente en la literatura española contemporánea, Martín Garzo regresa a la Virgen María con Y que se duerma el mar (Lumen). [Entrevista con Gustavo Martín Garzo, extracto]

Son, sin embargo, novelas distintas en el tono y concepción, aunque comparten una meditada sabiduría narrativa que imagina y recrea lo que no se cuenta en los Evangelios. “El origen de esta novela está en El lenguaje de las fuentes –admite el novelista–. Porque, entonces, mi idea inicial era escribir esa historia desde el punto de vista de María, pero no dí con la forma de hacerlo. Porque me parecía que era un ser demasiado cargado de cosas y no supe muy bien desenvolverme. Y por eso lo conté con los ojos de José, que era un personaje que me daba más libertad. De alguna manera, y aunque le tengo mucho cariño, aquella fue una novela que me dejó insatisfecho”.

– ¿De aquella insatisfacción nace esta nueva obra?

– Creo que el personaje esencial, el que me fascina, que era el de María, se había quedado en un papel secundario en El lenguaje de las fuentes. Y no dejaba de pensar en ello, hasta que se me ocurrió que podía escribir un libro en el que, esta vez, narrara la infancia de María y en el que tuviera todo el protagonismo. Lo que contaría sería justo hasta que el personaje aparece en los Evangelios. En la medida que en ellos no se dice nada de la infancia de María, sentía que tenía una libertad enorme como narrador para inventarme un modo y recrear ese personaje. Era una historia que yo tenía pendiente.

libro Y que se duerma el mar, Gustavo Martín Garzo

Portada de 'Y que se duerma el mar', de Martín Garzo

– ¿La fascinación por la Virgen?

– En el fondo, María es un personaje que tiene mucho que ver con esta afición mía por los relatos maravillosos. Si lo pensamos bien, María podía ser perfectamente la protagonista de un cuento de hadas. Es decir, una muchacha de 14 años, casi una niña, que en un pueblo perdido recibe la visita de un extraño mensajero que le dice que va a ser la madre de un rey. Ese es el comienzo de un cuento de hadas. Claramente. Y por tanto es una criatura que participa de ese mundo de lo maravilloso, que a mí me parece que es un mundo esencial. Uno de los problemas graves de este tiempo es que hemos dado la espalda a este mundo.

– Es verdad, hay mucho de prodigio en la novela…

– María vive una serie de sucesos extraños alrededor de un niño que va a nacer. Pero ella lo que quiere es que ese niño nazca y sea como cualquier otro. Aunque sabe que, por la forma tan misteriosa en la que se anuncia, va a vivir un destino extraño y ella teme por ese destino. Si se piensa así, esta novela también nace mucho de la contemplación de esas madonnas preciosas del Renacimiento, como las de Rafael, con el niño en los brazos y una mirada que podríamos calificar de celo, de temor, como si supiera que a ese niño le va a ocurrir algo y quisiera evitarle el sufrimiento.

– Quizás sea una novela de amor de madre…

– Es uno de los temas centrales del libro. De ahí la importancia que tiene la anunciación de la concepción del niño y las páginas que se le dedica al embarazo. Es una novela que tiene mucho que ver con el misterio de la maternidad. Habla de ello, de la manera en que cualquier mujer del mundo vive su maternidad. Primero está la perplejidad, lo extraño que resulta todo ese fenómeno, que de pronto haya una criatura, un ser, dentro de su cuerpo y que, a partir de un determinado momento, se separe de él. En ese instante, llegan todos los temores que cualquier madre siente sobre lo que le va a suceder a su hijo. Por eso, más que del amor, creo que habla de la intuición del amor.

“Esta novela tiene mucho que ver
con el misterio de la maternidad.
Habla de ello, de la manera en que
cualquier mujer del mundo vive su maternidad.

– También es una historia de historias…

– Así es la vida. Por eso cuando se cuenta la vida de un personaje también hay que contar la de los personajes que están a su lado, las cosas que le han dicho, lo que ha aprendido de ellos… La historia de María me llevó a todas esas historias de criadas, de esclavas, de mujeres que había a su alrededor. Un mundo femenino que tiene mucho que ver con la pasión y el deseo de contar, de transformar la vida en palabras.

– Comienza insistiendo en esa Virgen a la que le falta la mano derecha, como ya hizo en El lenguaje de las fuentes. ¿Por qué ese insistir en esa imagen?

– Esa es una imagen que me vino un poco intuitivamente. De alguna forma, debía ser fiel a ese personaje. Cuando escribí El lenguaje de las fuentes no sabía muy bien cómo contestar a esto. Más tarde, he descubierto que el mundo de los cuentos, de las hadas, del que procede este relato, está lleno de seres, digamos, incompletos. Y esto es así porque permiten reflejar la condición humana, que es un estar incompleto, un no saber nunca quién eres, un creer que siempre hay algo que te falta, un algo que has perdido… De alguna forma este cuerpo incompleto de la Virgen alude a todo esto.

En cualquier caso, quiero añadir que creo que soy absolutamente fiel a todo lo que se dice de la Virgen en los Evangelios. Lo que ocurre es que, obviamente, cuento pasajes de la historia de María que no están en el Nuevo Testamento, y por tanto me los invento. Aunque, de alguna manera, aspiro a que esta invención no sea reconocida como algo arbitrario, sino que la mayoría parten del propio ser de la Virgen y de textos que he ido leyendo a partir de mi deseo de contar la historia de esta niña.Gustavo Martín Garzo, escritor, novelista

Novela de un creyente

– ¿Es la novela también de un creyente?

– No puedo negar que toda mi formación es católica, y no me refiero tan solo a mi educación doctrinal, sino a toda mi educación sentimental, la que he recibido desde que era un niño a través de mis padres. En ese sentido, este personaje, María, es un personaje que para mi madre era clave, y lo sigue siendo, ella que desde siempre ha sentido una enorme devoción por la Virgen. Todo eso tuvo un peso en mí. Y esta novela, en este sentido, habla de mi vida, de las personas que yo quiero, de la importancia que la Virgen ha tenido para ellos y, por tanto, también para mí.

– En la historia reciente de la novela española no suelen darse este tipo de novelas de temática católica o fervorosa; sin embargo, usted no lo oculta…

– Sí, es verdad. Es algo que siempre me ha llamado la atención. Es curioso, por ejemplo, que entre los escritores judíos siempre está presente esa dimensión de su religión y de su cultura. Sin embargo, en el mundo católico es muy raro esto. No sé muy bien por qué. Quizás por ese papel que ha cumplido últimamente la Iglesia al lado siempre de lo más reaccionario… dejando un poco al lado sus verdaderos compromisos. Y eso puede que haya causado un cierto rechazo a la hora de acercarse a esos temas. Lo cual me parece, en cualquier caso, una pena, porque creo que esas historias de la fe hablan del hombre, de lo que somos, de lo que nos sucede y de tantas cosas esenciales. Y no tiene ningún sentido olvidarlas. Al menos, yo no las puedo olvidar, porque siento que toda mi vida gira alrededor de ellas.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.794 de Vida Nueva.

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