Fidel González: “La raíz de la crisis está en haber arrinconado el sentido religioso”

Historiador de la Iglesia y consultor de varios dicasterios vaticanos

Fidel González, historiador de la Iglesia

Texto y fotos: DARÍO MENOR | “La verdadera crisis se debe a la actual concepción antropológica del hombre: vivimos como si Dios no existiese”. El comboniano Fidel González, profesor de Historia de la Iglesia en las universidades Gregoriana y Urbaniana, y consultor de varios dicasterios vaticanos, analiza el actual momento de la comunidad cristiana y de la sociedad, que considera dominada por “un poder que tritura e impone la forma de vivir”.

– ¿En qué momento nos encontramos de la historia de la Iglesia? ¿Estamos en un otoño eclesial, como dicen algunos?

– Es este un momento ciertamente de crisis. No solo en Europa; también en el mundo asiático, africano y latinoamericano. La crisis es epocal. Aunque hoy se subrayan sobre todo los elementos de la economía, en mi opinión no son los más importantes. La verdadera crisis es aquella en la que está en juego la persona, el hombre, la concepción antropológica del hombre. Lo dijo muy bien el Papa en su último viaje a Alemania. Nos encontramos en un proceso histórico en el que, desde hace siglos, comenzó a implantarse una concepción cultural de la sociedad y del hombre como si Dios no existiese.

– ¿Es debido a esta indiferencia ante la existencia de Dios por lo que le cuesta tanto a la Iglesia dialogar con el mundo de hoy?

– La misión de la Iglesia hoy es la misma que hace 2.000 años: dar testimonio de Dios. Pese a que en teoría haya sido arrinconado, en la práctica el sentido religioso no podrá ser nunca extirpado del corazón del hombre. Al querer achicar este sentido religioso se llega a un desierto. Ahí está la raíz del difícil momento que estamos viviendo. La recesión económica y los problemas políticos son solo un factor de la inmensa crisis que hoy tenemos, que es de la concepción de la vida y del hombre en cuanto tal. La respuesta que debe dar la comunidad cristiana es ir a los orígenes, como hace 2.000 años. Debe ir a lo esencial, ser transmisora de un acontecimiento del que formamos parte.

“Nos encontramos en un proceso histórico
en el que se ha implantado
una concepción cultural de la sociedad y del hombre
como si Dios no existiese”.

– ¿Cómo se puede transmitir al mundo contemporáneo ese mensaje? ¿Le parecen acertadas iniciativas como la Nueva Evangelización o el Atrio de los Gentiles?

– Son instrumentos válidos si ayudan a transmitir el mensaje. La fe no se transmite con técnicas, sino a través de contactos visibles y tangibles. Hace años, el entonces cardenal Ratzinger nos decía a un grupo de sacerdotes durante unos ejercicios espirituales que el método hoy es el mismo de hace 2.000 años: la transmisión de la fe de boca a boca, de amistad a amistad. Esto es lo que están realizando hoy muchas personas en la Iglesia. El dicasterio de la Cultura trata de ponerse en contacto con intelectuales de distintas naciones, muchos de los cuales no son creyentes, para dialogar, explicarles la fe y preguntarles sobre lo que ellos buscan y llevan en el corazón.

En el nº 2.794 de Vida Nueva. Entrevista con Fidel González, íntegra para suscriptores

Compartir