Benedicto XVI en México y Cuba, un “viaje para la esperanza”

La Habana, ultimando el altar que usará el papa Benedicto XVI

El Vaticano descarta encuentros con víctimas de Maciel y opositores castristas

México cartel del papa Benedicto XVI antes del viaje

ANTONIO PELAYO, corresponsal de Vida Nueva en ROMA | Cuando este número de Vida Nueva llegue a manos de sus lectores, Benedicto XVI estará sobrevolando el Atlántico camino de Cuba y México, en cuyo Aeropuerto Internacional de Guanajuato está previsto que aterrice a las 16:30 h. del viernes 23 de marzo. [Programa oficial del viaje de Benedicto XVI a México y Cuba]

Comenzará así el viaje número 23 de este pontificado y uno de los que, sin duda alguna, marcará un hito en las relaciones de Joseph Ratzinger con el continente latinoamericano, que visita por segunda vez; la primera fue en mayo de 2007, para la V Conferencia General del Episcopado en Aparecida, en Brasil, país donde se le espera en 2013 para la JMJ.

El director de la Sala de Prensa del Vaticano ha definido la visita (del 23 al 29 de marzo) como un “viaje para la esperanza”. “Para la esperanza de los mexicanos –afirma Federico Lombardi–, pueblo de inmensos recursos y posibilidades, pero atacado hoy por problemas gravísimos que pesan sobre su presente y su futuro, comenzando por la violencia. Esperanza para los cubanos, que se sienten en el umbral de una posible nueva época, en la que las proféticas palabras de Juan Pablo II sobre la recíproca apertura de Cuba y del mundo se realicen en una clima de desarrollo, libertad y reconciliación”.

El P. Lombardi no ha hecho revelaciones especiales, que, por otra parte, nadie esperaba. Sí dejó claro que el Papa no recibirá ni mantendrá encuentro alguno con los portavoces de la disidencia cubana ni de las víctimas de las tropelías sexuales del P. Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. “En ninguno de los dos casos los obispos han hecho la petición correspondiente y, por lo tanto, esos encuentros no figuran en el programa ni tendrán lugar”.

Respecto a una posible entrevista entre Benedicto XVI y Fidel Castro, la definió como “una eventualidad, algo posible”, dando a entender que la iniciativa tiene que venir de la parte cubana, y si la petición llegase a producirse, “el Papa estará disponible”. Fuentes menos oficiales dan por hecho que, salvo imprevistos graves de última hora en la salud del “líder máximo”, se realizará.

La Habana, ultimando el altar que usará el papa Benedicto XVI

Ultimando los detalles, como el altar en La Habana

El Santo Padre viaja con su séquito habitual –el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y el sustituto, Angelo G. Becciu–, al que se han añadido los cardenales Marc Ouellet, presidente de la Comisión para América Latina; Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino; y Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum; Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados; y el cardenal mexicano jubilado Javier Lozano Barragán.

En los dos países se espera una presencia masiva de obispos (más de 200) de todo el mundo, pero de modo especial de América Latina, con todos los presidentes de las conferencias episcopales nacionales y el CELAM. En cuanto al número de fieles, los mexicanos se llevarán la palma (se habla ya de varios millones en la misa en el Parque del Bicentenario de la ciudad de León), pero en Cuba se espera también una movilización masiva, a pesar de las dificultades logísticas.

El P. Lombardi dio por sentado que la salud del Papa “es perfectamente compatible con un viaje pastoral intercontinental”. Es una afirmación poco discutible, como lo es también que, días antes de la partida, Benedicto XVI ha sido sometido a análisis más profundos de los habituales.

Su médico personal, el doctor Patrizio Polisca, que le acompaña en todos los viajes, vigilará sobre todo los efectos de la presión y el calor, que será bastante intenso.

El ‘no’ de los lefebvristas

A su regreso, y pasada la Pascua, Benedicto XVI tendrá que zanjar de modo definitivo la posición de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X dentro de la Iglesia. El cardenal William Levada mantuvo el 16 de marzo una entrevista con el superior general de los lefebvristas, Bernard Fellay.

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe le comunicó que la respuesta que la Fraternidad hizo llegar a la Santa Sede el pasado enero “no es suficiente para superar los problemas doctrinales que son la base de la fractura entre la Santa Sede y dicha Fraternidad”.

Como se recordará, el 14 de septiembre de 2011, el cardenal Levada (que también es presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei) había entregado personalmente a Fellay un Preámbulo Doctrinal acompañado por una Nota Preliminar. “En ellos –dice el comunicado– se enunciaban algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el sentire cum Ecclesia”.

cardenal William Levada con el papa Benedicto XVI

Benedicto XVI con el cardenal Levada

En su día ya dimos noticias de las declaraciones del obispo integrista en los Estados Unidos, asegurando que “si quieren hacernos aceptar estas cosas, entonces estamos obligados a decir que no”. Sus posiciones no se han movido ni un centímetro, dejando al Papa un estrechísimo margen de maniobra, después de todas las “concesiones” que se les han hecho. Por eso ha llegado el momento de definir las cosas.

“Al término del encuentro de hoy –concluye el comunicado–, guiado por la preocupación de evitar una ruptura eclesial de consecuencias dolorosas e incalculables, se ha invitado al Superior General de la Fraternidad Sacerdotal a que clarifique su posición, a fin de poder llegar a recomponer la fractura existente, como desea el Papa Benedicto XVI”.

Los comentaristas aseguran que se les ha dado un mes, aunque el comunicado no lo dice. Lo que sí esta claro es que Roma no cierra el diálogo y mantiene abiertas las puertas ante un regreso que, a medida que pasa el tiempo, parece cada vez más improbable. Esa misma tarde, el Papa, que sigue este tema muy de cerca, quiso tener una versión inmediata y recibió en audiencia al cardenal norteamericano.

El arzobispo de Canterbury dimitirá a finales de año

El anuncio de la dimisión del arzobispo de Canterbury a finales de 2012, pocos días después de la visita a Roma de Su Gracia Rowan Williams no ha cogido al Vaticano completamente por sorpresa, pero ha producido pena, puesto que las relaciones entre ambas Iglesias habían progresado durante los diez últimos años, a pesar de que en el diálogo teológico habían surgido problemas tan delicados como la ordenación episcopal de mujeres y de personas homosexuales.

La Santa Sede no ha hecho ningún comentario oficial a la decisión del Primado de la Comunión Anglicana, pero preocupa, y no poco, el nombre de su posible sucesor.

“Difícilmente –dice una fuente del dicasterio para la Unidad de los Cristianos que prefiere permanecer anónima– encontrarán una personalidad tan cultivada teológicamente y tan respetuoso con el diálogo interreligioso en general y con la Iglesia católica en particular. Es una pérdida que se hará notar”.

Medidas antiblanqueo

Los expertos del MONEYVAL –el grupo del Consejo de Europa que decide quién pueden entrar en la famosa lista de países virtuosos en la lucha contra el blanqueo de dinero (la white list de la OCDE)– han visitado el Vaticano para verificar si se han adoptado los cambios legales y administrativos que respaldan la candidatura a ser admitido en tan selecto club.

Los “inspectores”, que ya se habían entrevistado en noviembre con los responsables de estas cuestiones en la Secretaría de Estado, el Governatorato, el IOR y otros organismos, han tomado buena nota de las modificaciones que se introdujeron recientemente en la ley antiblanqueo.

Esta visita se ha producido días después de que el International Narcotics Control Strategy Report haya incluido a la Santa Sede entre las instituciones que suscitan preocupación por su laxismo en esta delicada cuestión.

Todo esto ha removido una vez más las aguas vaticanas y relanzado rumores de dimisiones en este o aquel estamento de poder. En este contexto, adquiere mayor importancia el coloquio mantenido entre el director de L’Osservatore Romano, Gian Maria Vian, y el sustituto de la Secretaría de Estado.

En él, monseñor Angelo Becciu califica como “deslealtad” y “bellaquería” la publicación de algunos documentos por parte de quienes “tenían la obligación de respetar su reserva”, y confirma que, para esclarecer las cosas, están trabajando una Comisión decidida por el Papa y otras dos: una de carácter penal, a cargo del Tribunal Vaticano, y otra de carácter administrativo, de la que es responsable la propia Secretaría de Estado.

En el nº 2.794 de Vida Nueva.

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