Enfermos de sida de Valencia se quedan sin albergue por los recortes

JOSÉ RAMÓN NAVARRO PAREJA. VALENCIA | “Profunda tristeza e impotencia”. De esta forma se mostraba Cáritas Diocesana de Valencia la semana pasada ante el inminente cierre del programa de atención de personas enfermas y terminales de sida, provocado por los recortes en las ayudas que recibe desde la administración autonómica.

En estos momentos, 10 de los 14 enfermos terminales que se alojaban en el albergue Mas al Vent ya han sido reubicados en residencias no especializadas. Cáritas mantendrá el programa hasta que los otros cuatro sean acogidos en “alojamientos en los que se garantice dignamente su atención”. Para los enfermos, la desaparición de esta iniciativa supone la pérdida de la que ha sido su “casa y su familia”.

Este programa fue creado por Cáritas hace 20 años y, desde enero de 2011, estaba transferido a la Fundación Maides. Para su funcionamiento, además del apoyo económico de Cáritas y de la Archicofradía de la Virgen de los Desamparados, tenía comprometida para 2011 una ayuda de 392.830 euros por parte de la Generalitat, de la que tan solo han abonado 20.000. Al no recibirse el dinero, Cáritas ha adelantado la ayuda de la Consejería de Sanidad (más de 370.000 euros).

Al retraso en el pago, se ha sumado también el anuncio de Sanidad de que el apoyo al centro se reducirá en 2012 a un total de 185.000 euros. Ante este hecho, Maides ha considerado inviable el programa y se ha visto obligada a cerrarlo. Cáritas Diocesana asumirá la indemnización a los trabajadores.

En una nota, la ONG católica ha recordado que es “en las políticas sociales donde se ve reflejada la preocupación y la implicación de los gobiernos en el bienestar de los ciudadanos”.

En el nº 2.794 de Vida Nueva.

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