Las cruces de México

centro de acogida a inmigrantes en México llevado por religiosos

México gente rezando delante de cruces en tumbas

PABLO ROMO CEDANO. MÉXICO DF | El 23 de marzo, Benedicto XVI llega por primera vez a México, uno de los países con mayor número de católicos del mundo. El Papa abogará por la libertad religiosa, pero tendrá también palabras para las angustias de una mayoría que vive atemorizada por la violencia, la corrupción y las desigualdades sociales. [Las cruces de México – Extracto] [Programa oficial de la visita del Papa a México y Cuba]

“El Papa viene a México en una etapa difícil. Estamos enfrentando el exorbitado poder económico y armamentístico de quienes han encontrado un caudal de dinero en el tráfico de drogas dentro del país y, sobre todo, hacia los Estados Unidos. Los jefes de este negocio ilícito y destructor intentan corromper todo y a todos para que les dejen el campo libre. Se empeñan en coludir a gobernantes y aspirantes a puestos públicos para asegurar su predominio e impunidad”.

Así responde Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, a la pregunta sobre el México que Benedicto XVI encontrará.

No solo se lo pregunta este prelado: todos los mexicanos se cuestionan sobre las violencias que sufre el país. México está viviendo en la ambigüedad que genera la violencia: el dolor y la esperanza. Benedicto XVI llegará el 23 de marzo para brindar esperanza a la grey católica en medio de un país en tensión.

Uno de los elementos más delicados de la visita –que se prolongará hasta el 26, cuando el Pontífice parta para Cuba– son las posibles amenazas de violencia. Por ello, el Papa llegará protegido por un fuerte dispositivo de seguridad que, ciertamente, irritará a algunos y aliviará a otros.

Manuel Corral, de Relaciones Públicas del Episcopado mexicano para esta visita, señala a Vida Nueva que, “si bien no se han registrado amenazas de muerte contra el Papa, las autoridades están muy preocupadas, pues temen que el blanco no sea el propio Benedicto XVI, sino los fieles”.

“Vivimos una situación surrealista –añade–, pues el cártel Los templarios, que opera en Michoacán, está haciendo un llamado a otros cárteles para realizar una tregua los tres días de la visita”.

niños México frente a los ataúdes de sus padres asesinados

Nños junto a los ataúdes de sus padres asesinados

México no solo vive este tipo de surrealismo. Benedicto XVI encontrará un país polarizado políticamente y en pleno proceso electoral; con miedo por la violencia; adolorido por la impunidad, las violaciones de los derechos humanos y la indefensión; cansado de buscar un trabajo digno; con grandes rezagos en la educación; esperanzado en que la situación cambie; y atento a la visita del Papa y lo que pueda anunciar.

El clima de espera no es el mismo que el pueblo mexicano tenía en 1979. Cuando por primera vez un papa, Juan Pablo II, visitó México, el país se volcó a recibirlo en las calles. Ahora, no es poca cosa, se esperan más de dos millones en León (Guanajuato) y unos 300.000 en la misa en la capital del estado, las dos ciudades que visitará Benedicto XVI. Su estancia será de menos de tres días y los médicos han recomendado cuidados especiales, según confirma a esta revista el P. Manuel Corral.

México está atravesado por ejes importantes de crisis, que son sus cruces. La económica es la principal. Según el Banco Mundial, más de una quinta parte de la población vive en extrema pobreza. Los pobres son, con mucho, la mitad del país. La distancia con los ricos –cada vez más ricos y los pobres, cada vez más pobres– continúa creciendo.

Según datos oficiales, en 2008 había 23,8 millones de personas sin acceso a la alimentación suficiente; en 2010, eran ya 28 millones. Así, la brecha crece. El 20% de la población más pobre participa con el 3,8% del consumo nacional de bienes, en tanto que el 20% más rico consume el 56,7%. La lista de los hombres más ricos del mundo la encabeza un mexicano y, dentro de los cien más acaudalados del planeta, hay diez mexicanos.

Estas distancias y desigualdades no solo generan envidias, odios y rencores sociales; también son una expresión de una violencia estructural mucho más profunda, de la que hablan los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia.

Benedicto XVI encontrará un país
polarizado políticamente, con miedo por la violencia,
adolorido por la impunidad,
cansado de buscar un trabajo digno,
esperanzado en que la situación cambie.

Más de 5,4 millones de mexicanos mayores de 7 años no saben leer ni escribir. Desgraciadamente, la situación de la educación se encuentra en el eje de la crisis económica. Miles de niños y niñas han dejado las escuelas privadas, muchas administradas por religiosos, para incorporarse a las escuelas públicas. La situación de estas es, en muchas partes, compleja por la sobrepoblación estudiantil: centros en condiciones ruinosas, falta de material y poca preparación de muchos maestros.

Las instancias públicas de salud se honran de tener cobertura universal, pero con mucha frecuencia carecen de medicinas y médicos. La clase media, si puede por seguros privados, huye de los hospitales del Seguro Social y, salvo honrosas excepciones, el sistema público de salud sobrevive con gran fragilidad. Cientos de religiosos y religiosas mantienen instancias de salud que honran a la Iglesia por su caridad y atención, pero no tienen ni de lejos una cobertura que alcance a un porcentaje significativo de la población.

El México que Benedicto XVI visitará está instalado en una crisis por la credibilidad de sus autoridades, de gobernabilidad y de corrupción. México se ubicó el año pasado en el lugar 89 –17 lugares abajo del año anterior– en los niveles mundiales de credibilidad.

marcha contra la violencia en México

Manifestación multitudinaria en México DF contra la violencia

La transparencia no es un elemento fuerte del país, las instancias de gobierno no informan en qué gastan sus recursos, cómo aplican los impuestos y por qué atrapan a ciertos criminales y a otros no. Naciones Unidas considera que la independencia judicial es un reto aún mayúsculo a desarrollar en el país. Las personas no denuncian por miedo o porque lo consideran “inútil”. De hecho, el 87% de los delitos no se denuncian.

En cuanto a corrupción, la Contraloría General de la Nación encontró en las cuentas del año pasado cientos de miles de irregularidades, que van de unos cuantos pesos hasta miles de millones, como, por ejemplo, los festejos del Centenario de la Revolución y del Bicentenario de la Independencia. De ahí que al acercarse las elecciones, la mezcla de candidatos vinculados al crimen organizado con la corrupción y los propios comicios sea una bomba de tiempo.

Miles de desaparecidos

La situación de vulnerabilidad de los ciudadanos, fruto de la crisis de seguridad y de derechos humanos, se ha agudizado en el presente sexenio, trasciende las fronteras y las instancias internacionales emiten constantemente informes llamando la atención sobre este deterioro.

Más de 60.000 personas han perdido la vida en los últimos cinco años como consecuencia de una guerra que no se entiende y que a nadie le preguntaron si la querían. Los militares han sido llamados a salir a la calle y hoy patrullan, vigilan y detienen ciudadanos como si fueran policías.

Son al menos 10.000 mexicanos los que han desaparecido y unos 15.000 más centroamericanos los que, en su paso por el país, no se sabe dónde están. La responsabilidad de miles de desapariciones apunta a las autoridades: militares, policías y agentes de migración, con la anuencia de funcionarios de mayor nivel.

Hace unos días, en Durango, se anunció el descubrimiento de una fosa clandestina con al menos 50 cadáveres, que se encontró en enero, pero cuya existencia se silenció “para no alterar el clima electoral”. Las organizaciones de familiares de desaparecidos se agrupan en torno a las iglesias, a sacerdotes y religiosas valientes, como la hermana Consuelo Morales, de Monterrey (Nuevo León), quien acaba de recibir el premio de derechos humanos Human Rights Watch por su valor en la defensa de los derechos humanos.

protesta en México contra un asesinato

Protesta contra un asesinato en México

Estos miembros de la Iglesia anuncian la Buena Noticia en medio de la tragedia y el dolor con integridad evangélica. El Grupo de Trabajo de la ONU, en su reporte del 4 de marzo, informó que son funcionarios públicos, militares y autoridades los responsables directos de miles de desapariciones. Lamentablemente, no hay en el país ningún caso de proceso judicial por desaparición forzada de persona, manteniendo a todos, los del pasado y los del presente, en total impunidad.

El crimen organizado –de las pocas instancias organizadas por aquí, como se comenta con ironía en el país– trafica con miles de personas que transitan por México, la mayoría centroamericanos. Las mujeres secuestradas por los criminales son extorsionadas y, con frecuencia, ultrajadas, y los hombres son forzados a trabajos denigrantes o al tráfico de estupefacientes.

El P. Alejandro Solalinde, sacerdote en Oaxaca, ha sido una de las voces con mayor autoridad y fuerza que se ha opuesto a estas actividades; por ello ha recibido amenazas, intimidaciones y, en dos ocasiones, cárcel de autoridades de dudosa probidad.

El país que el Papa visitará está honrosamente cubierto de pequeños pero eficientes centros de defensa y albergues de migrantes, la mayoría apoyados por parroquias y atendido por religiosas, religiosos y laicos: la obra de misericordia de “dar posada al caminante” aún tiene mucho por hacerse, pero hay muchos y buenos ejemplos, en ocasiones heroicos.

El drama de ser mujer

Las prisiones del país están llenas de gente pobre. Un porcentaje de al menos el 80% purga sentencias por robo de menos de 200 euros. Los “peces gordos”, con mucha frecuencia están protegidos por autoridades corruptas o en los Estados Unidos o Europa.

El crimen organizado trafica con
miles de personas que transitan por México,
la mayoría centroamericanos.
Las mujeres secuestradas por los criminales
son extorsionadas y, con frecuencia, ultrajadas.

Las recurrentes crisis en las cárceles –motines o incendios sospechosos– se dan en el contexto de la sobrepoblación, producto de una política de persecución de pequeños criminales y no de los actores fundamentales. En el país hay menos de una decena de personas procesadas por delitos financieros o de “cuello blanco” relacionados con el crimen organizado.

El pasado 6 de marzo, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, en nombre del Gobierno, pidió perdón a Inés Fernández Ortega por haber sido abusada sexualmente por militares. Este perdón es parte de la sentencia que la Corte Interamericana impuso al Gobierno para que Inés pueda restituir su honor.

Decenas de miles de mujeres han perdido la vida, han sido ultrajadas, han desaparecido o viven en la ignominia porque criminales, muchos de ellos con anuencia de autoridades o por ser autoridades, las han victimizado. Las más famosas son las de Ciudad Juárez, pero las más numerosas están en el Estado de México, donde gobernó el ahora candidato del PRI a la presidencia.

Las mujeres en México, si bien han crecido en el reconocimiento a sus derechos, viven aún la discriminación y la desigualdad. El CONAPRED, instituto federal contra la discriminación, asegura que ellas son las más discriminadas en el país, seguidas de cerca por homosexuales e indígenas.

militares toman las calles en México

La lucha contra el crimen ha militarizado las calles del país

Anunciando el Evangelio, hay religiosas en varios estados mexicanos que trabajan contra de la trata de mujeres y niñas. Por ejemplo, el Centro de Derechos Humanos Fray Julián Garcés, fundado por las Hermanas Dominicas de la Presentación.

Por su parte, las mujeres trabajadoras no tienen los mismos derechos y sueldos que los hombres y son con frecuencia hostigadas, según revela el Centro de Reflexión y Acción Laboral, un proyecto de la Compañía de Jesús. El machismo es aún una enfermedad endémica en el país.

Por su parte, el mundo indígena es un conjunto de pueblos en México que aún aguarda ser reconocido en igualdad de derechos dentro de la diversidad. Los sectores más pobres lo forman, en su mayoría, indígenas.

Las instancias gubernamentales desconocen el derecho de los pueblos indios a sus tradiciones, a su cultura, a hablar en su lengua –particularmente, las de administración y procuración de justicia y, por supuesto, la escuela y los centros de salud–. Los pueblos indios, que en México son 56, son espacios olvidados de la patria a los que se usa en tiempos electorales, pero a los que no se les reconoce en su dignidad y autodeterminación.

Jóvenes criminalizados

El país que visitará Benedicto XVI mantiene un ánimo jovial, un espíritu de espera en el futuro, un anhelo de que las cosas cambien. Son millones de jóvenes los que se han incorporado al país desde la última visita de un papa. Jóvenes deseosos de vida, de estudio, oportunidades, trabajo, diversión y, sobre todo, deseosos de sentido.

El país que visitará Benedicto XVI
mantiene un ánimo jovial,
un espíritu de espera en el futuro,
un anhelo de que las cosas cambien.

Con la guerra de los últimos años, los jóvenes han sido criminalizados por ser de esa edad: “Son utilizados por los criminales”, se argumenta. La población carcelaria es fundamentalmente menor de 28 años. Las víctimas de la guerra son casi en su totalidad jóvenes. Las mujeres víctimas de feminicidio son también mayoritariamente jóvenes.

Cientos de miles de ellos han dejado el país buscando un futuro que los adultos no les han garantizado. Seguramente, serán los jóvenes la gran mayoría que presenciarán la visita del Papa en León y Guanajuato, abarrotarán las calles y dormirán en las plazas esperando la oportunidad de participar de las celebraciones.

Los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad representan una quinta parte de la población, que, por cierto, va en descenso, pues cada año hay menos jóvenes proporcionalmente a la población total. Lamentablemente, solo cuatro de cada diez jóvenes en esta franja poblacional asiste a la escuela.

religiosa con un inmigrante en México

Religiosa con un inmigrante

Si bien el Gobierno ha implementado más de cien nuevas universidades en los últimos años, los estudiantes rechazados para la educación superior son cada año más de 800.000. Las universidades públicas no dan abasto con la demanda y las privadas son inaccesibles para la mayoría. Algunas universidades administradas por religiosos ofrecen becas para jóvenes con talento, pero estas representan un porcentaje insignificante para la necesidad real. La vida académica es muy competitiva y las plazas son disputadas con ferocidad.

La vida intelectual está representada por una pequeña élite, que Benedicto XVI no podrá conocer en esta visita, por la brevedad de la misma. La discusión en este pequeño círculo trasciende poco a la vida de la mayoría de la población, controlada desde las televisiones, con discusiones banales, escandalosas y poco profundas.

Grandes intelectuales que se consideran católicos producen una buena cantidad de pensamiento y obras, escritas, de arte, escenográficas, de cultura y reflexión. Javier Sicilia, conocido poeta católico a quien le asesinaron su hijo y encabezó el enorme movimiento de “Paz con justicia y dignidad”, es un ejemplo de intelectual católico que abiertamente profesa su fe y discute con inteligencia en el mundo intelectual, permeado por un liberalismo secular, un conservadurismo torvo o por un posmodernismo seductor y a veces frágil.

Intelectuales religiosos como los dominicos Mauricio Beuchot, Carlos Mendoza o laicos como Gabriel Said, artistas como Briguite Loire, Julián Pablo, Gabriel Chávez de la Mora son poco conocidos.

La discusión intelectual católica es reducida, por más que sea uno de los países católicos más grandes del mundo. La producción de libros y revistas proviene de España y de otros países como Brasil, los Estados Unidos, Francia o Italia.

Una Iglesia cercana

La Iglesia mexicana que recibirá al Papa es una Iglesia joven, con obispos vigorosos, que han sido ordenados en los últimos 15 años, fieles al Magisterio y cercanos a su pueblo. Temerosos en sus pronunciamientos, salvo excepciones, y sencillos.

El clero, formado en la época postconciliar, en su generalidad es devoto y ordenado con su feligresía. Las religiosas envejecen, como en muchas partes del mundo, pero mantienen un espíritu muy claro de servicio, entrega y generosidad, sobre todo con las clases más necesitadas.

La Iglesia mexicana es una Iglesia joven,
con obispos vigorosos, ordenados en los últimos 15 años,
fieles al Magisterio y cercanos a su pueblo.
Temerosos en sus pronunciamientos, salvo excepciones, y sencillos.

Los religiosos, después de las olas de los años 80 y 90, enfrentan una crisis vocacional, nuevas definiciones en sus ministerios y apostolados, pero con serenidad en sus gobiernos.

La grave crisis de los Legionarios de Cristo ha cimbrado ordenados, religiosos y laicos, y ha cuestionado mucho las relaciones internas del poder, de la obediencia y del ministerio. En su mayoría, para bien, generando protocolos, estableciendo reglas más claras y hablando con claridad de asuntos inaudibles antes, como pedofilia, infidelidad, hostigamiento o complicidad.

La Iglesia, en su conjunto, cuenta con centros de formación muy profesionales, con un cuerpo académico muy bien formado, ni ingenuo ni de devociones melindrosas. Dados los más de 500 años de vida cristiana en el país, es necesario valorar estos espacios de formación, aún más, particularmente, dentro del país, pues en ciertos círculos todavía se mantiene un eurocentrismo cristiano muy lejano a la solidez de las instituciones con las que cuenta la Iglesia en México.

Por otra parte, la Iglesia enfrenta desafíos ante los estereotipos que manejan los medios, particularmente la televisión, donde a los sacerdotes se les presenta tímidos, dando consejos nimios de vida íntima y desligados de la vida real y profunda del mundo, del pueblo y de las causas que generan dolor y muerte.

misa por la paz en México

Misa por la paz

La trivialización del papel que presentan los medios electrónicos de los ministros de Cristo va en detrimento del papel que Benedicto XVI habla para enfrentar los retos de la secularización.

Otro desafío es la convivencia, en muchos niveles, con otras confesiones religiosas, particularmente agresivas con la católica. El crecimiento de grupos religiosos no católicos es una realidad que se encontrará también el Papa. La mayoría de estos grupos de alto crecimiento son poco ecuménicos, sus discursos son expresiones de un marketing anticatólico, iconoclasta, fundamentalista y de soluciones inmediatas ante el sufrimiento: “Pare de sufrir”, dicen.

Las ciudades fronterizas, tanto del norte como del sur, están transformándose radicalmente debido a la masiva migración, tanto en su perspectiva cultural como religiosa. Por su parte, las Iglesias históricas cristianas y no cristianas participarán, según informa el P. Manuel Corral, en algún encuentro con el Papa.

En los claroscuros del México de hoy, la vitalidad y la esperanza sobresalen en el pueblo sencillo, que mantiene la búsqueda de una situación mejor, de un mundo más justo, de una vivencia de la fe en armonía con la vida cotidiana.

Con sus fragilidades, la fidelidad a su fe y a la Iglesia, el pueblo tiene puestos los ojos en los días de esta ya inminente visita papal: es una luz en medio de muchas oscuridades, es un oasis de batallas violentas y electorales, es una fiesta para expresar públicamente la fe.

En el nº 2.793 de Vida Nueva.

 

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