Ángel Losada Vázquez: “La mejor estrategia es hacer mucho y hablar poco”

Ángel Losada, director Comunicación Institucional Universidad Pontificia Salamanca UPSA

Director de Comunicación Institucional de la UPSA

Ángel Losada, director Comunicación Institucional Universidad Pontificia Salamanca UPSA

ROBERTO RUANO ESTÉVEZ. Foto: UPSA | Ángel Losada Vázquez (Ponferrada, 1967) es catedrático de Comunicación Corporativa en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y, desde hace tan solo unos meses, director de su Oficina de Transferencia del Conocimiento, Comunicación Institucional y Relaciones Internacionales (OTC-CIRI). El organismo que promocionaba y gestionaba la investigación en esta Universidad, ahora adquiere nuevas competencias, entre ellas, la comunicación institucional. Una de las reformas del nuevo rector, Ángel Galindo.

Durante cuatro años, Losada ha sido director de Comunicación de la Junta de Castilla y León, con Juan Vicente Herrera. Pero ahora ha dejado a un lado los intereses de la Junta y los políticos por los de la UPSA y los obispos. “Aunque las diferencias se aprecien fácilmente, la esencia y el reto es el mismo: una visión profesional de la comunicación”, indica.

Como experto en la cuestión, considera que la Iglesia debe replantearse su estrategia a la hora de comunicar. “Es una comunidad que se configura por medio de la comunicación, es parte de su esencia. Pero, en este momento, la comunicación mediática genera tal presión sobre la institución, que no se puede improvisar, hace falta más profesionalidad”.

Perder el miedo es otro aspecto imprescindible: “La comunicación eficaz surge de la autenticidad, de la naturalidad de sus comunicadores, de su propia fuerza de convicción. En la Iglesia existe suficiente autenticidad como para que le perdamos el miedo a comunicar”.

Le duele, como a todos, el trato que a veces recibe la información religiosa en determinados medios. Pero, en su opinión, la tentación no puede ser nunca arrojar la toalla ni romper las reglas del juego.

“Cuando hacemos balance de todo lo que sale publicado sobre la Iglesia, parece que solo nos fijamos en lo negativo. A veces hacemos un análisis un poco desenfocado y confundido. Yo no sería tan tremendista. Hay que superar ciertos tópicos y espejismos”, asegura.

¿Hablar o no hablar, declarar o silenciar? Según él, lo que la Iglesia tiene que hacer es reaccionar: “Los asuntos sociales, lo que ocurre en el mundo, nunca pueden ser indiferentes a la Iglesia. Pero reaccionar no siempre significa decir. La mejor forma de reaccionar es hacer. Comunica más lo que se hace que lo que se dice. No creo que sea buena regla el que siempre tengamos que decir algo. Pero, cuando se dice, hay que saber decirlo. Hoy, la mejor estrategia de comunicación para la Iglesia es hacer mucho y hablar poco”.

Asignatura pendiente

Entre 1999 y 2004, Losada ejerció como decano de la Facultad de Comunicación de la UPSA. A él se deben muchos de los proyectos de modernización, expansión e innovación que se acometieron entonces. Un crecimiento, como confiesa, que pudo traicionar algunos principios básicos de identidad.

“La Facultad tuvo un éxito de mercado muy rápido, desbordando las expectativas iniciales. Cuando se crece tanto en tan poco tiempo, se pueden perder algunas referencias básicas”, explica.

“Creo que, a día de hoy –continúa–, sigue existiendo una asignatura pendiente en la UPSA: cómo sacar el máximo partido a una Facultad de Comunicación, dependiente de la Conferencia Episcopal, para formar profesionales de la información con una actitud cristiana ante la vida. Esto en parte ya se ha conseguido, pero hay que seguir trabajando. Los profesionales que aquí se forman tienen un sello especial, que tiene que ver con su identidad de universidad católica; lo que pasa es que ni ellos mismos lo perciben todavía”.

“Pero, en cuanto este sello sea asumido por todos, podríamos aspirar, incluso, a que el acento cristiano fuera más fuerte, más útil para la UPSA y para la Iglesia española”, finaliza.

EN ESENCIA

Una película: El filandón, de José María Martín Sarmiento.

Un libro: Principatus Politicus o De la soberanía popular, de Francisco Suárez.

Una canción: Lament, de Ronan Hardiman.

Un deporte: el fútbol.

Un recuerdo de la infancia: una gran sensación de confianza.

Un rincón del mundo: Peñalba de Santiago, en El Bierzo.

Un sueño: una “verdadera regeneración” en España.

La mayor tristeza: un niño sin ilusión.

La última alegría: que me llamaran para esta entrevista.

Un valor: la autenticidad.

Un regalo: un viaje.

Una persona: Julio Ramos Guerreira.

Que me recuerden por… haber sido útil.

En el nº 2.792 de Vida Nueva.

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