Tribuna

El cardenal Carlo M. Martini está perdiendo la voz por causa del Parkinson

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“Me pregunto qué quiere decirme el Señor con esta dificultad”, escribe el jesuita

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ANTONIO PELAYO, corresponsal de Vida Nueva en ROMA | Desde hace ya más de un año, el cardenal Carlo Maria Martini mantiene en el Corriere della Sera una sección mensual de cartas abiertas de los lectores, a las que responde el ilustre biblista y exarzobispo de Milán. La última, publicada el domingo 26 de febrero, es particularmente conmovedora.

En ella reconoce con franqueza los progresos del Parkinson en su organismo: “Me encuentro –escribe– en una condición que no es todavía de total afonía. Gracias a la ayuda de los terapeutas y con el auxilio de los medios tecnológicos, puedo aún comunicar, aunque con gran fatiga…”.

No tengo miedo al silencio. Sin embargo -continúa–, me estoy preguntando qué quiere decirme el Señor con esta dificultad, que por una parte estoy combatiendo y por otra aceptando. Invoco el patrocinio del papa Wojtyla, porque su gesto más humano fue el de golpear con su puño la mesa el día en que tuvo la evidencia de no poder comunicar con la voz a la gente. Él sabe lo doloroso que es no poder expresar verbalmente lo que se siente en el corazón”.

Concluye así el eminente jesuita: “Creo que se trate de un continuo vaciamiento de mí mismo para hacer espacio a Jesús”. Pura mística.

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En el nº 2.792 de Vida Nueva.