Tarazona, la resurrección de una catedral

Reabre sus puertas una de las joyas de la arquitectura española, tras 16 años de complejas obras

Catedral de Tarazona

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | La catedral de Tarazona (Zaragoza), de esqueleto gótico francés, interior renacentista y alma mudéjar, reluce como nunca. Con la inauguración de las obras de rehabilitación, presidida por los Príncipes de Asturias, la catedral de Santa María de la Huerta proclama su esplendor después de casi 30 años cerrada al público y 16 de complejas obras para salvarla de la ruina.

Aunque consagrado su nuevo altar y reabierta al culto la pasada Semana Santa, la presencia de Don Felipe y Doña Letizia el 9 de febrero ha relanzado la resurrección de una catedral que, en palabras del obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, “es un tesoro, una joya de arquitectura, pintura y arte, fruto de profunda fe”. Pero que en 1994, año en el que se cerró también la capilla de San Andrés –única parte del templo abierta desde 1984–, corrió verdadero riesgo de derrumbamiento.

Ahora la palabra que mejor describe a la catedral es “deslumbrante”. Y no solo porque, una vez consolidada su estructura, la luz de sus ventanales renacentistas ha reaparecido tras décadas de oscuridad o por la limpieza de muros y bóvedas que permite reconocer las distintas fases históricas de construcción.

Sino, además, por los “numerosos hallazgos” que han realzado, sobre todo, la catedral renacentista, encargada en 1546 a Alonso González para renovar el primitivo templo gótico consagrado en 1235. Especialmente, en el tambor del cimborrio, en donde se ha descubierto un conjunto de figuras desnudas, colocadas por parejas en cada uno de los ocho lados del cimborrio.

Cada pareja representa el combate entre la Virtud y el Vicio, a través de personajes de la Biblia y de la mitología griega. Las pinturas, grisallas realizadas por el propio González, sobrevivieron al Concilio de Trento, pero no al oscurantismo decimonónico. Según la historiadora del Plan Director, Carmen Gómez Urdáñez, “no existe nada igual en España, y en Europa solo se pueden encontrar obras semejantes en cámaras privadas”.

‘Capilla Sixtina española’

Esas grisallas hacen que se acentúe la descripción de la catedral de Tarazona como la “Capilla Sixtina del Renacimiento español”, que ya se ganó con las pinturas que Alonso González ejecutó en la bóveda del altar mayor, que también se han restaurado y limpiado.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.790 de Vida Nueva. Tarazona, la resurrección de una catedral, íntegro para suscriptores

Compartir