Elkin Álvarez y su trabajo en la creación de conciencias más cristianas

“Hoy tenemos planteado un proceso formativo para que realmente sea un afianzarse de la fe”

Cuando el padre Elkin Álvarez, especialista en teología bíblica, relevó a monseñor Ricardo Tobón (hoy obispo de Medellín) en la secretaría local de la Nunciatura Apostólica en 2003, también hubo de heredarle otra tarea no menos importante, la coordinación de 28 grupos denominados CERD (Comunidades Eclesiales por el Reino de Dios). El origen de estas comunidades que hoy tiene dentro de sus responsabilidades el sacerdote Álvarez, comenzó en Bogotá en 1996, cuando un grupo de señoras que vivían en el sector de Rosales se acercaron hasta la parroquia de Santa Clara para solicitar unas clases de religión. Monseñor Tobón quien residía allí, las atendió en cumplimiento de su deber como pastor. El tema tuvo tal auge que en pocos años surgieron nuevos grupos en diferentes parroquias y hay grupos en Cali y Medellín.

Aunque cada comunidad tiene su propio desarrollo, hoy hay un equipo en el caso de Bogotá llamado equipo San Pablo, el cual se encarga del acompañamiento de cada nuevo grupo que va naciendo. “En el pasado surgían de manera un poco más espontanea, hoy tenemos planteado un proceso formativo para que realmente sea un afianzarse de la fe… y no simplemente que yo soy católico por eso. Decimos que las comunidades son una respuesta a la fe de la necesidad de vivir nuestra fe juntos… porque cristianos que están separados de la Iglesia o de la práctica religiosa, una de las causas es porque no tienen un círculo o un apoyo de fe a su alrededor”.
A juicio de este pastor, “lo ideal es que cada grupo lo compongan entre 15 y 25 personas; en cada parroquia puede haber más de un grupo… y todas las experiencias de este tipo, de pequeñas comunidades, porque no son solamente los CERD, hay grupos diversos que pretenden lo mismo y lo que se tiende es a que en cada parroquia haya varias comunidades, que sean independientes pero que confluyan en la misma realidad parroquial, unidas. Puebla nos decía: la parroquia es comunidad de comunidades”.
Hoy por hoy, el padre Elkin está al tanto de la forma en que van llegando nuevos núcleos de personas para formarse como grupo CERD a alguna parroquia en donde previamente se coordina el tema con el párroco de turno. Ya en el ejercicio de cada CERD, la lectura de la palabra es una actividad fundamental. “Hay cuatro aspectos principales. Generalmente en las reuniones se medita el Evangelio del domingo siguiente, preparando la misa; segundo la formación cristiana, se estudian temas del catecismo de nuestra fe al interior del grupo; tercero la oración en común y en cuarto lugar está la vivencia de la fraternidad… así se van estructurando estas comunidades. Lo más importante es la reunión semanal, que es de dos horas, donde se hace el ejercicio de estudiar el Evangelio, se comparte un ratico lo normal y se ora”. El padre Elkin cuenta con poco tiempo, pues es además director del departamento de Ministerios Ordenados y responsable también del Departamento de Vida Consagrada, razón por la cual ubicarlo en su oficina de la Conferencia Episcopal no siempre es fácil.
Sin embargo, al filo de un medio día entre semana, se le ve preparando la salida hacia algún lugar donde el deber que le impone la fe lo llama, pero es en momentos así que explica la trascendencia de las CERD, comunidades desde donde el padre Elkin Álvarez ayuda a mirar la realidad desde el ángulo de la fe, compartiendo no solo el Evangelio en sí mismo, sino mirando lo que ocurre alrededor y creando conciencias más cristianas. Esa es una de sus mayores satisfacciones desde el día en que monseñor Ricardo Tobón le encomendó aquella tarea, que en lugar de acabar aumenta y demanda más atención de su parte, por cuanto éstas han seguido incrementándose gradualmente. VNC

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