Tejiendo redes por las vocaciones

jóvenes católicos reunidos sentados en el suelo

Delegados provinciales de PJV de CONFER se reúnen por primera vez para compartir experiencias

jóvenes católicos reunidos sentados en el suelo

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Uno de los aspectos que más se cuidan en las familias religiosas es la pastoral juvenil. En gran medida, porque muchas expectativas de su futuro se juegan en ella: las vocaciones. También es una prioridad de la Iglesia y, por tanto, una de sus llamadas más continuas. Entre las más recientes, la de Benedicto XVI en la JMJ: “Queridos jóvenes, también hoy Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que hizo a los apóstoles: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’. Respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el vuestro”. Palabras incisivas que estimulan a echar las redes en el ancho mar del mundo juvenil.

Por esta razón, se destinan para trabajar con jóvenes a los religiosos o religiosas más cualificados, liberándolos de otras tareas también necesarias. Se requiere un carisma personal para aprender a dialogar con los jóvenes, entender sus formas de vida, acompañar sus vaivenes emocionales y vitales y, sobre todo, facilitarles un encuentro personal con Jesús y mostrarles el verdadero rostro de Dios.

Cualidades como la creatividad, la empatía, la flexibilidad, la paciencia o la capacidad de escucha ayudan mucho. La gratuidad y la generosidad de los institutos y congregaciones religiosas se mide, en parte, por los recursos (materiales y humanos) que se destinan a la pastoral juvenil. Se invierte mucho en jóvenes y no siempre se recibe en la misma medida. Pura dinámica evangélica: unos siembran, otros recogen.

En esa misma medida, puede afirmarse que para la CONFER es una de las áreas más cuidadas. También de las que encuentra una respuesta más masiva y entusiasta en sus iniciativas.

Es el caso de las Jornadas de Pastoral Juvenil, que en cada una de sus 61 ediciones ha superado el millar de asistentes. Se celebran el 11 de febrero en Madrid y, por primera vez, es una convocatoria exclusivamente para delegados de Pastoral Juvenil Vocacional (PJV) de las CONFER regionales y diocesanas.

Sofía Contreras, responsable del Área de PJV, explica que se trata de una reunión muy conveniente para trabajar juntos en red, unir fuerzas y aprovechar recursos: “Actualmente, el delegado de PJV trata de coordinar la labor pastoral entre las diferentes congregaciones religiosas y potenciar la colaboración con la pastoral juvenil vocacional de las diócesis en las que estamos presentes. Hemos de caminar y seguir creciendo en una pastoral intercongregacional e interdiocesana”.

Precisamente, el lema elegido es Tejiendo redes, porque, “entre todos, desde diferentes contextos, realidades, múltiples presencias… compartimos experiencias, recursos, fuerzas… Tejemos redes”.

El encuentro, en el que participarán unas 26 personas, será animado por Francisco Javier Luengo, un religioso reparador con más de diez años de experiencia como delegado provincial de PJV de su congregación (que abarca la Provincia de España), y que forma parte del equipo de PJV de la CONFER nacional. Actualmente trabaja en la pastoral de un colegio en San Javier (Murcia).

Acerca de este tema, comenta que “la función actual del delegado regional en cada diócesis está por definir”, y que, aunque algunos han tenido muchas iniciativas, “otros acaban de ser nombrados y en algunas diócesis ni siquiera existen”.

Su reflexión se basa, sobre todo, en el análisis de las consecuencias de la JMJ para la pastoral en este momento y en las propuestas de acción para seguir aprovechando el impulso de dicho evento: “Creo que hay que partir de ahí, porque la JMJ ha dejado una situación nueva en muchos sentidos”.

Cuatro son los ámbitos de actuación sobre los que reflexionarán: “Conocer lo que se hace, tanto a nivel de Vida Religiosa como diocesano; informar de lo que hay al resto de agentes y de congregaciones; coordinar alguna actividad común; y servir de enlace con la diócesis y con la CONFER”.

LEVADURA

La mies es mucha y los obreros pocos. Muchos los jóvenes que buscan a Dios y desean vivir el Evangelio de Jesús. Pero más aún los que ni le buscan ni le conocen, los que tienen una imagen distorsionada de él o, simplemente, prescinden de la dimensión trascendente.

Se necesitan pastores que, como Pedro, acompañen y cuiden a quienes dan sus primeros pasos en una fe que necesita afianzarse. Pero también apóstoles que, como Pablo, se adentren en los nuevos lenguajes de los jóvenes para mantener con ellos una comunicación diáfana y duradera.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.788 de Vida Nueva.

Compartir