Mensaje para la Cuaresma 2012: estimular la caridad y las buenas obras

miércoles de ceniza mujer con cruz

El Papa llama la atención sobre la necesidad de la “corrección fraterna”

miércoles de ceniza mujer con cruz

M. GÓMEZ | En la mañana de hoy, martes 7 de febrero, se ha hecho público el Mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma 2012, titulado “Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras”. En la presentación del Mensaje, que ha tenido lugar en el Vaticano, ha intervenido el cardenal Robert Sarah y monseñor Segundo Tejado, presidente y subsecretario, respectivamente, del Pontifico Consejo Cor Unum. La Cuaresma comienza el próximo 22 de febrero, Miércoles de Ceniza.

“El Mensaje de Cuaresma contribuye a mantener vivo en los fieles el sentido de la atención al bien del otro, de la comunión, de la premura, de la compasión y de la división fraterna del sufrimiento de los indigentes. Gracias a esta generosidad, que se manifiesta de muchísimas maneras, la Iglesia católica ha logrado en el transcurso de los siglos favorecer el crecimiento de la humanidad con una rede de obras de caridad”, ha asegurado el cardenal Sarah.

El cardenal sigue, citando el Mensaje del Papa: “Prestar atención al hermano incluye también la premura por su bien espiritual. Y deseo reclamar un aspecto de la vida cristiana que me parece que ha caído en el olvido: la corrección fraterna en vista a la salvación eterna”.

Luego, el cardenal africano ha explicado con sus propias palabras: “La caridad nos enseña, pues, que no tenemos hacia el otro solo una responsabilidad por su bien material, sino también por su bien moral y espiritual”.

Estas son las siete frases que mejor resumen el Mensaje de este año:

  • “Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de nuestro corazón”.
  • “Hoy somos generalmente muy sensibles al aspecto del cuidado y la caridad en relación al bien físico y material de los demás, pero callamos casi por completo respecto a la responsabilidad espiritual para con los hermanos”.
  • “La tradición de la Iglesia enumera entre las obras de misericordia espiritual la de ‘corregir al que se equivoca’. Es importante recuperar esta dimensión de la caridad cristiana. Frente al mal no hay que callar”.
  • “Lo que anima la reprensión cristiana nunca es un espíritu de condena o recriminación; lo que la mueve es siempre el amor y la misericordia, y brota de la verdadera solicitud por el bien del hermano”.
  • “Nuestra existencia está relacionada con la de los demás, tanto en el bien como en el mal; tanto el pecado como las obras de caridad tienen también una dimensión social”.
  • “La atención recíproca tiene como finalidad animarse mutuamente a un amor efectivo cada vez mayor (…) El tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios”.
  • “Ante un mundo que exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor, todos han de sentir la urgencia de ponerse a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras”.

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