Por una cultura vocacional

Los religiosos deben estar en primera línea de este desafío eclesial, según Elías Royón

religiosa monja con chicos jóvenes JMJ 2011 Madrid

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Hace 15 años, Juan Pablo II instituyó una jornada conmemorativa en la festividad de la Presentación de Jesús en el templo: el día 2 de febrero. En el evangelio de ese día, leemos cómo José y María llevan a Jesús al templo para consagrarlo a Dios, y el anciano Simeón, tomándolo en brazos y bendiciéndolo, pronuncia jubiloso el Nunc dimitis, oración llena de confianza y alegría por ver cumplidas las promesas de Dios para con el pueblo de Israel. También Ana, la anciana profetisa, reconoce en ese niño al Mesías y comienza a dar gracias y hablar a todos de él. Una contemplación profunda del texto, en el que aparecen otros muchos detalles simbólicos, hacen comprensible que se eligiera esta fecha para vincular dicha festividad a la Vida Consagrada (VC). [Royón invita a crear una “cultura vocacional”] | [Mensaje íntegro de Elías Royón]

El mensaje del presidente de CONFER, Elías Royón, para la jornada de este año recuerda los dos objetivos que se buscan con esta fiesta. El primero es interno y se trata de invitar “a los religiosos y religiosas a celebrar juntos y solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en sus vidas, cayendo en la cuenta de que ‘con la profesión de los consejos evangélicos, los rasgos característicos de Jesús virgen, pobre y obediente, tienen una típica y permanente visibilidad en medio del mundo (VC 1)’”.

El segundo afecta a toda la comunidad cristiana: “También señalaba el Papa como objetivo de esta Jornada, hacer más viva en el pueblo de Dios la conciencia de la insustituible misión de la vida religiosa en la Iglesia y en el mundo; recogía así lo que había afirmado en Vita Consecrata: ‘la vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión’ (VC 3)”.

Al hilo del lema de este año para España, Ven y sígueme. La Vida Consagrada y la Nueva Evangelización, Royón recuerda que los grandes desafíos de la Iglesia hoy son las vocaciones y la Nueva Evangelización. Conscientes de que “el futuro de la vida consagrada no se juega en el número, sino en la radicalidad de nuestro seguimiento a Jesús”, y en un contexto de crisis de vocaciones que se está afrontando “con honestidad”, insiste en que se trata de un regalo de Dios y el fruto de una respuesta personal libre, pero que es “un don que está condicionado también a los esfuerzos de la comunidad cristiana y, por tanto, de cada una de nuestras Congregaciones por suscitarlo, descubrirlo, y acompañarlo”.

Dimensión comunitaria

Crear una cultura vocacional (el humus) es una condición necesaria y urgente para que puedan darse las vocaciones a la Vida Consagrada, algo en lo que se viene trabajando últimamente y que ha estado muy presente en la última Asamblea General de CONFER. Lo específico de esta opción de vida, y donde realmente reside su gran atractivo y su fuerza, es en la identificación con Cristo a través de la profesión de los votos evangélicos, así como la dimensión comunitaria como rasgo esencial en ese seguimiento radical.

“Los votos colorean la misión dándole una hondura particular. No podemos estar ausentes, ni en los márgenes de este desafío eclesial del siglo XXI, sino en primera línea, con sentido de comunión eclesial. Con ello no haremos sino continuar la historia de nuestras Congregaciones, que están estrechamente ligadas a la historia de la evangelización, como reconoce los Lineamenta: ‘los grandes movimientos de evangelización surgidos en dos mil años de cristianismo, están vinculados a formas de radicalismo evangélico’ (n. 8). Estas formas radicales de seguir a Jesucristo son las que encarnan los Institutos Religiosos”.

En esta Jornada de la Vida Consagrada del 2 de febrero, la Iglesia agradece y celebra que esta posea hondas raíces, profundas convicciones. Y, también, que tiene un futuro lleno de esperanza: “Una esperanza confiada en el Señor, de quien proviene todo bien. Una esperanza realista desde la que mirar al futuro que estimula y anima a seguir invitando a los jóvenes a que ‘vengan y vean’ nuestro testimonio profético de vida y nuestro compromiso con la Nueva Evangelización”.

LEVADURA

Un colectivo tan numeroso como es el de los religiosos y religiosas, que ofrece un servicio tan útil, variado y significativo en España, merecería algo más de visibilidad y reconocimiento público en la sociedad. No es que no lo merezcan otras causas más minoritarias. Pero sí reivindicamos una presencia en los medios menos deformada, más limpia y fiel a la realidad.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.786 de Vida Nueva.

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